Roberto Giménez

Me duele España porque me gusta, Francia no me  duele porque no soy francés, también me duele Catalunya, por los indepes como tiene poder como tiene que doler a todo buen patriota cultural como le gusta decir mi admirado y combativo Arturo Pérez-Reverte. A todo buen español le tiene que doler  Catalunya, como vasos comunicantes de una misma nación…

Algún día he dicho que no me gustan las derechas ni la izquierdas, no me identifico con ellas: con la izquierda me gusta el anhelo de justicia social y pan, y con la derecha con el  principio de Patria, ambas parecen un matrimonio indisoluble es mi concepción cristiana de la vida que he mamado desde que recuerdo.

En octubre de 1982 cuando ganó Felipe González la prensa estadounidense me sorprendió que titulara que en España había ganado el nacionalismo español con mayoría absoluta, el PSOE nunca se ha sentido nacionalista porque ideológicamente el socialismo es internacionalista, y yo no, ni nacionalista.

Los americanos exageran confunden la magnesia con la gimnasia…

No me gusta el PSOE de Sánchez que tiene el mismo nombre y color con el PSOE de González. Han pasado casi cuarenta años a una velocidad del sonido, mi generación lo sabe bien. No quiero exagerar y no diré que la Historia pasa a la velocidad de la luz. En política exagerar es igual a mentir por eso no me gustan las derechas y las izquierdas porque se han echado en brazos de loa populismo del blanco y negro cuando la realidad es un juego de gris oscuros y claros, rojos y azules como en la temida Historia de España del siglo XX.

En política cambia como no hace las matemáticas, la física y química, en las ciencias nada cambia en el mundo de las letras sí: en el siglo XIX los liberales eran progresistas, hoy son conservadores…

Recientemente escribía que puesto a elegir prefiero a Ángela Merkel por eso coincido con el ex presidente del PSOE al usar la metáfora que el gobierno de Pedro Sánchez le recuerda al camarote de los Hermanos Marx por el pacto con Podemos,  a  mi tampoco me gustan los morados.

Roberto Giménez