mariano

Montar una constitución ha de ser una cosa muy divertida porque ya van por la enésima como si de un entretenimiento dominguero se tratara. ¿Cuál de ellas será la elegida? Ninguna por supuesto, el premio quedará desierto por falta de aplicación.

“Catalunya es una nación ribereña del Mediterráneo, heredera de culturas milenarias y de tradición humanística”. ¿Puede ser tomada en serio una constitución que empieza explicando la situación geográfica del país y sus orígenes? ¿Qué efectos jurídicos comporta la especificación? Quizá asegure  que Catalunya no podrá ser trasladada a otra región del planeta.

Catalunya se constituirá en un “estado libre, soberano, democrático, social, ecológico y de derechos”. Que una constitución tenga que decir que el país a la que regirá va a ser “libre y soberano” es una perogrullada de tomo y lomo.  Si un estado no es libre ni soberano, por definición no es un estado y es muy difícil concretar qué podría ser. Lo de ecológico también tiene su gracia, quizá la idea sea eliminar de la actividad diaria cualquier mínimo factor contaminante, lo cual equivale, por ejemplo, a que sólo podrán circular coches eléctricos, todos los demás vehículos serán destruidos sin piedad porque así lo ordenará la constitución. Vivir en Catalunya será una bicoca, un chollo. El ciudadano disfrutará de todos los derechos habidos y por haber y no responderá por ninguna obligación.

Se constitucionaliza la dictadura lingüística. A los catalanes nacidos antes de 1977, se les permitirá hablar y escribir en castellano. Los nacidos en ese año o con posterioridad, únicamente estarán autorizados a utilizar el catalán o el aranés. No legisla cómo se controlará esto, lo más probable es que se instaure un sistema delator al estilo del que funcionó durante los tiempos de la Inquisición.

La constitución persigue que a Catalunya se le conceda sin dilación el premio Nobel de la Paz. No contará con ejército, pero, se creará un Instituto Internacional de Paz y Tregua que dispondrá de personal dedicado a la aplicación de métodos no violentos de intervención y resolución de conflictos.  Es increíble que si saben cómo hacer eso,  todavía no lo hayan propuesto a la ONU a través, claro, de Madrid.

La constitución prevé algo inaudito: para que la administración pueda despedir a un funcionario ineficiente, será necesario celebrar un referéndum. En contrapartida, no prevé que cualquier territorio del nuevo estado, pueda celebrar referéndum para independizarse del resto. Tampoco respeta el derecho de autodeterminación individual respecto al mantenimiento de la nacionalidad española sin adoptar la doble nacionalidad.

Parece no contempla la implantación de un Tribunal Constitucional para la defensa de los ciudadanos contra los abusos del poder.

M. Riera