mariano

Las elecciones del 20-D han ofrecido una realidad interesante. El separatismo made in Mas, Junqueras, ANC y OC ha perdido 792.558 clientes que se suponían  fidelizados y se ha quedado con 17 escaños para defender su causa en Madrid.

De los 5.516.431 electores catalanes ya sólo le queda al separatismo un 21%. ERC en las generales de 2011 obtuvo 244.854 votos, en las de 2015 ha obtenido 599.289. La diferencia es de 354.435. Algo más de lo que le fue otorgado a la CUP el pasado 27-S.

En 2011 votaron CiU 1.015.691 ciudadanos catalanes. En 2015 han votado a la lista inventada por CDC (DiL)  y a UDC 630.227 ciudadanos. Un 38% menos.

Es espectacular la depreciación que ha sufrido el señor Mas en tres meses y la depreciación que sufre el separatismo elección tras elección.

Con esa negativa evolución, la CUP tendría que tener muy claro que investir nuevamente al president en funciones sería actuar en contra de la voluntad actualizada del pueblo catalán. Por ello, la asamblea de la CUP ha de contradecir a los negociadores y asumir la decisión de mantener definitivamente el “no” comprometido en campaña. No hacerlo supondría, además, una tomadura de pelo a 336.375 electores.

Sabiendo lo que se sabe, situar de nuevo al señor Mas en la presidencia, constituirá ir en contra de la democracia. En tres meses Catalunya ha cambiado de idea y es muy libre de hacerlo. Los demócratas de la CUP no han de pasarlo por alto y han de auspiciar nuevas elecciones autonómicas. Los ciudadanos lo agradecerán.

El señor Mas durante la noche del 20 dijo que sus 8 diputados abrirán  puertas en el Estado y que había que jugar con inteligencia.  Lo de abrir puertas con 8 diputados frente a 350  es una hipótesis muy aleatoria, además, para que se abra alguna puerta, lo primero que se supone hay que hacer, es dejar nula y sin efecto la absurda moción de ruptura aprobada por el Parlament. La alusión a jugar con inteligencia prueba que hasta ahora se ha actuado con precipitación y sin mesurar actuaciones ni consecuencias, fórmulas contradictorias con la inteligencia.

La astucia sin inteligencia no produce resultados y destruye proyectos.

M. Riera