Mientras el TSJC ve indicios de desobediencia en Mas por no acatar la suspensión del 9N, todo el mundo sigue convulsionado por el asesinato de 12 personas como consecuencia de las caricaturas de Mahoma que publicó el periódico satírico francés Charlie Hebdó.
Todo el mundo sigue convulsionado y algunos dirigentes políticos prefieren callar para que sus palabras no queden ahogadas por esta terrible noticia. Sin embargo, algunos hacen quinielas. Consideran que Mas convocará elecciones para el 29 de marzo, domingo de ramos.
Esta pugna o mediación que estamos viviendo estos días ya tuvo un antecesor en el año 1931. En aquel momento dos partidos políticos -Estat Català y Partit Republicà Català- encabezados por Macià y Companys se fusionaron en lo que hoy es ERC. Aquella unión fue fácil porque los dos eran unos rebotados políticos. Es decir, ninguno de ellos había sido nunca independentista, sino españolistas. Aspectos puntuales en sus vidas hizo que se reconvirtieran. También estaban unidos por la masonería. Es decir, tenían más aspectos en común que los unía y esto les permitió ser uno sin problemas ni dificultades.
Ahora las cosas son diferentes. Originalmente ambos están en las antípodas. Ni su origen es común, ni piensan lo mismo. Uno tiene la burguesía catalana y parte de la economía detrás y estos nunca han sido ni separatistas ni independentistas. Uno no cree lo que dice y sabe muy bien que lo mejor es permanecer como estamos y conseguir beneficios económicos. Eso sí, esto lo dice con la boca pequeña y en pequeño comité. El otro tampoco no se cree lo que dice, pero está en su ADN ser independentista a pesar de todo. Lo que pretenden es lo mismo que disolver aceite en agua.
¿Habrá elecciones anticipadas? A uno le conviene porque así crecerá no sólo políticamente, sino que los suyos lo encumbraran como el tercer gran dirigente de ERC. Sus actuaciones están ligadas al ego. Quiere aparecer en los libros de historia al lado de Macià y Companys. Este ego lo está cegando y nos está llevando al caos.
Al otro le interesa no avanzar elecciones. Ahora va a tener más dinero que años atrás. Podrá empezar a hacer cosas y puede ganar la confianza de sus electores. Siempre tiene una salida honrosa alegando que a ERC no le ha interesado la lista conjunta. Que no han conseguido ponerse de acuerdo y que por el bien de Cataluña asumirá su cargo y gobernará para todos. Creará frustraciones, pero el tiempo lo cura todo.
Teniendo en cuenta todo esto, lo más normal es que no haya elecciones anticipadas para el 29 de marzo. Sería lo más acertada para todos. Atrás ha quedado el tiempo de la rauxa. Los egos deben quedar baldíos. Ha llegado el tiempo del seny, de gobernar y dejar atrás quimeras imposibles de llevar cabo.
César Alcalá