robertoEl 7 de septiembre de 1983 cuando me presenté como nuevo director de Revista del Vallés en un Editorial titulado PRESENTACIÓN, expliqué quien era y qué pretendía. Han pasado muchos años desde entonces; ya no tengo que presentarme, pero sí repetir lo que entonces dije que pretendía hacer: no soy objetivo, porque no soy objeto, así que como sujeto, no puedo ser más que subjetivo, pero eso sí: soy honesto, porque escribo lo que siento, y sin engaño. Siempre lo hice en papel, y ahora también lo haré en esta piel transformada de papel a digital.

La experiencia me ha hecho ver que la escritura en un digital no tiene que ver con la de papel. Tiene que ser más corta y directa. El lector de pantalla exige más rapidez. El estilo de este tiempo tan fugaz no me importa, porque mi manera de escribir me lleva al atajo. A las frases cortas, de lectura rápida. Lo bueno, si breve, dos veces bueno, que decía el clásico Gracián, y que recordé en aquella vieja presentación de 1983.

Me comprometo a no aburrirles. Prohibido aburrir ha sido, y es, mi lema profesional. Y hay otro que sigo practicando como en aquella película de LOS ULTIMOS DE FILIPINAS: No te rindas… Por eso he vuelto, ahora a través de REVISTA DIGITAL DEL VALLES que dirigen ex aequo  mis amigos y compañeros Jordi Abayà y César Alcalá.

Hoy mi Carta del Domingo sólo es una presentación. Es lo que aconsejan las más elementales normas de urbanidad, pero cada domingo utilizaré el dardo afilado apuntando al centro de la diana.

No es una amenaza, sólo una advertencia. Un Aviso a los Navegantes.

Roberto Giménez

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