En estas ‘CARTAS DEL DOMINGO’ me gusta hablar de temas locales. Hoy hablaré del ex alcalde Francisco Llobet Arnan, último alcalde de dictadura aunque no fue un alcalde franquista sino liberal como lo definió el escritorJosep Pla en la revista DESTINO de Barcelona en 1971.
Era el alcalde más popular de provincia cuando la casa real invitó para reprensentar a todos los alcaldes de las capitales de provincia. Fue el único alcalde de comarca invitado. Los alcaldes de Vic, Mataró, Sabadell y Tarrasa le tenían envidia por solo él de una población de cuarenta mil habitantes estaban en la capital de España, hablo de 1976.
No era franquista, pero con él aprendí muchas cosas de la política local. En Sant Jordi de 2023 (sí dentro de dos años) escribiré EL GRANOLLERS DEL SEÑOR LLOBET (1939/1979) que será la versión personal del ex alcalde: se lo dije que lo escribiría cuando estuviera muerto. Fue la condición que me pidió porque sabía que iba a ser crítico. Durante once años cada jueves por la tarde me reunía dos horas con él.
Él me decía que no quería criticas al pasado y yo le respeté, pero le dije que lo contaría en el futuro cuando todos estén muerto y eso haré…
Pero hoy quiero hablar de dos cosas que él no me explicó sino mi presidente Pere Viaplana Riera, muerto en octubre de 2017 el día de mi cumpleaños de sesenta años. El señor Llobet era una persona muy modesta y honesta, los que le han conocido lo saben…
Siendo alcalde el concejal Canet le regaló un televisor en color en 1978. Llobet le preguntó a su esposa quien le había traído ese aparato, al días siguiente le dijo a su concejal que no quería tenerlo.
En diciembre de 1983 le hice la primera entrevista al alcalde socialista Rafael Ballús. Me sacó al balcón municipal para decirme como yo vivo en la Font Verda que el desinterés de Llobet por los asuntos sociales le llevó a dar permiso al Ministerio de Educación construir el colegio del Vallés en lo alto de la montaña, luego supe que el Ministerio había quería construir el centro en donde hoy está la policía pero ese terreno era propiedad del padre del alcalde socialista y como era de origen modesto no le quiso expropiar.
Roberto Giménez