Esta ha de ser una de las prioridades de las elecciones que ya se han iniciado en Cataluña. Dejar atrás el procés. Cataluña lleva demasiados años perdidos. Desde que Artur Mas decidió que ya estaba cansado de vivir bien y decidió abrir un proceso que no ha llevado a ninguna parte. Y es que lo único que se ha conseguido en estos últimos diez años es romper la economía catalana. Han conseguido romper la sociedad. Han conseguido desequilibrar a la sociedad. Han empobrecido a la gente y algunos han acabado en la cárcel o han huido al extranjero.
Si estuviéramos en jugando a la Oca, no nos hubiéramos movido de la casilla de salida. Ha habido mucho ruido. Grandes manifestaciones. Grandes demostraciones de poder. Decretos baldíos. Presión en las calles y familiarmente. Todo esto se ha vivido en estos últimos años, pero no se ha conseguido nada. Ni independencia, ni autodeterminación, ni financiación, ni nada. Estamos mucho peor que antes. Esta es la herencia que nos dejará el procés.
Ha todo esto, los catalanes, debemos decir basta. Ya se hizo tiempo atrás con Tabarnia. En aquel momento, cuando más lo necesitaba la sociedad, un día de Navidad, se inició la campaña de Tabarnia. Eso fue una bocanada de aire fresco para muchas personas que se sentían inferiores y desmoralizados. Tabarnia fue una receta psicológica para muchos. El grito de “soy tabarnés” ayudó a muchos y puso las pilas a un constitucionalismo aletargado. Una parte de la población catalana no reaccionaba por miedo. Cuando miles de personas vinieron de toda España, para apoyar a aquellos catalanes que no estaban a favor del procés, empezaron a cambiar las cosas. Como mínimo muchos recuperaron las ganas.
Ahora ha llegado el momento del cambio en la vertiente política. Si bien es cierto que Tabarnia ayudó socialmente, políticamente las cosas no han cambiado. Al contrario, han empeorado. Han seguido los mismos de siempre, aunque hayan cambiado las caras. Hemos ido de mal en peor. Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra… a peor ya no se puede ir. Por otra parte, los dos partidos fuertes del Govern han entrado en guerra entre ellos. Es la política del absurdo. Cataluña está paralizada. Y ya no solo en lo económico. Las administraciones funcionan porque es muy difícil frenar esa maquinaria, pero resuelven el día a día. No van más allá. Y no lo hacen porque no tienen a nadie que les explique qué deben hacer y por falta de liquidez. Hay cientos de cosas paralizadas. Y sólo ha faltado la pandemia del coronavirus. Eso ya ha sido la guinda de un pastel que se estaba pudriendo, porque no hay nada para celebrar.
Ha legado la hora de abandonar el procés. Ellos no lo harán, pero nosotros sí. Ya sabemos como piensan los de ERC y JxCAT: “ho tornarem a fer”. Lo volverán a hacer sin importarles las consecuencias sociales y económicas. Ellos sólo tienen un pensamiento o una forma de actuar. Quieren una independencia a toda costa, sin importarles las consecuencias. Cuando la tengan no sabrán qué hacer, pues a su alrededor no quedará nada. ¿Ese es el futuro que queremos para Cataluña?
La verdad es que no. Ahora hay una posibilidad. Este es el momento. Nunca, hasta ahora, se habían conjurado los astros para avanzar hacia un futuro esperanzador para todos. Y no solo para nosotros, sino pensando en nuestros hijos y nietos. La pandemia del coronavirus ha endurecido el futuro de muchos. Nos debemos preguntar: ¿los que están al frente del Govern están capacitados para gobernar en las postpandemia?
La realidad es que no. Se han gastado miles de euros estructurando una quimera llamada procés. No les ha importado la sociedad. Sólo han pensado en ellos y siguen pensando igual. Para ellos la política es un juego. Muchos no son ni políticos y no digamos estadistas. En Cataluña sólo ha habido un estadista y se llama Jordi Pujol.
Y para dejar el procés atrás tenemos una opción, que necesita de la ayuda de aquellos partidos que están en contra de lo ocurrido hasta el momento. Se necesita generosidad. Pero también se necesita que ese constitucionalismo que salió a la calle aquel 8 de octubre de 2017 llene las urnas. Y no hace falta ir presencialmente. Tenemos el voto por correo. Utilicémoslo. Los partidos constitucionalistas deben movilizar a sus votantes para que utilicen un medio seguro. El voto por correo se debe imponer en estas elecciones.
Son unas elecciones muy importantes. Esta vez no se puede hacer, como hizo algún candidato, marcharse a Madrid habiendo ganado las elecciones. Tampoco el nuevo Govern de la Generalitat debe tener el objetivo de la independencia. Todo debe cambiar y recuperar aquella Cataluña que muchos encontramos a faltar. Porque muchos catalanes no estábamos cansados de vivir bien. Así pues, recuperemos aquel espíritu de octubre de 2017 y démosle una patada al procés.
César Alcalá