Cataluña es una región complicada. No hace mucho tiempo Torra y algunos dirigentes de ERC se llenaban la boca diciendo que, “si Cataluña fuera independiente no habría Covid”. Luego afirmaron que si ellos fueran dueños de sus actos la pandemia en Cataluña estaría erradicada. El tiempo ha demostrado que estaban muy equivocados. Es más, se les ha escapado de las manos. El presidente Torra hace pocos días imponía nuevas medidas para evitar el confinamiento y erradicar el Covid. Una medidas que alabaron muchos, pero que en el fondo tenían trampa.
Si uno mira el calendario estamos a quince días de la celebración del aquelarre independentista. Aquellas manifestaciones reivindicando -hasta la saciedad- aquello que saben no se cumplirá. Y no solo es la fiesta de Torra y sus acólitos. Detrás tiene la ANC y otras organizaciones que hacen caja con la venta de camisetas. Estas asociaciones necesitan el 11 de septiembre para vivir el resto del año. Luego largan cuatro frases, para que no se olviden que existen, pero permanecen inertes el resto del año.
Por eso, cundo tomó las medidas extremas lo prohibió casi todo. Se olvidó de prohibir las manifestaciones el 11 de septiembre. Estas sí se pueden hacer. La portavoz del Govern, Meritxell Budó se ha venido arriba. Ha vuelto a las andadas, como tiempo atrás, y ha afirmado que en Cataluña las cosas se hacen bien y en el resto de España todo muy mal. Budó afirmó que “en la diada no se verán imágenes como las manifestaciones negacionistas e irresponsables de Madrid”. Con una distancia de seguridad hay suficiente para no contagiarse, ha sentenciado. Creo que deberíamos subrayar la palabra “irresponsables”, porque en estos momentos cualquier reunión que supere las 10 personas lo es y más si hablamos de manifestaciones.
Mientras la portavoz decía esto a los mossos d’esquadra se les han erizado los pelos. Rápidamente han manifestado que si el presidente de la Generalitat permite las manifestaciones separatistas de la Diada, las fuerzas de seguridad no podrán asegurar que se cumplan las medidas de seguridad y salud pública. Sentenciando que podrán producirse contagios masivos. Recordemos que hay previstas, para el próximo 11 de septiembre un total de 62 manifestaciones. Mientras estamos en plena segunda ola del coronavirus, ellos sólo piensan en manifestarse y reivindicar una quimera irrealizable e inalcanzable.
El presidente Torra lo tiene muy claro. La gente puede manifestarse en Cataluña -y por eso no lo prohíbe- siempre que haya medidas de seguridad, se use mascarilla y exista higiene de manos. Muy fácil en la teoría, pero no en la práctica. Evidentemente Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC -la cual quiere hacer caja- ha comentado que el Covid no debe ser excusa para que puedan ejercer sus derechos fundamentales. Y, como que la culpa del Covid es de España, las manifestaciones tendrán lugar alrededor de edificios del Estado, como delegaciones de Hacienda, Tesorerías de la Seguridad Social, SEPE, estaciones de tren y juzgados. La proclama de la ANC es que la independencia de Cataluña es la herramienta para salir de la crisis.
Teniendo en cuenta que en los últimos 14 días Cataluña ha registrado 12.593 casos de Covid, con una incidencia acumulada de 164,07 casos por cada 100.000 habitantes, la realidad se impondría si tuvieran sensatez. Pero no la tienen. En sus cabezas sólo hay una palabra: independencia. Todo lo demás no es significativo. Es más, si dentro de unos días, tras el 11 de septiembre, se incrementan los caso de Covid por culpa de las manifestaciones, se darán por satisfechos. Todo lo que sea para que el mundo vea sus ansias de separarse de España. Es como una guerra, tienen que haber víctimas. Y en este caso los contagios formaran parte de ella.
Son unos irresponsables. Veremos que luego tendrán argumentos para culpabilizar a los demás de este aumento de contagios. Seguro que es culpa de personas venidas de fuera de Cataluña que los han infectado a propósito. “De Madrid han venido para infectarnos”. Todo lo que sea para eximirse ellos de cualquier responsabilidad. Y si todo esto ocurre claramente habrá un responsable llamado: Joaquím Torra i Pla, presidente de la Generalitat. Espero que la gente sea más responsable que este personaje surrealista que hay al frente de la institución más importante de Cataluña. Lo ideal seria que la gente se quedara en sus casas. Por su bien y por el bien de todos aquellos que no desean contagiarse del Covid y que no creen en la independencia. Lo triste del caso es que muchos piensan igual que el surrealista presidente. Veremos centenares de personas en esos 62 puntos de reunión, sin distancia social, y, al cabo de unos días, todos lloraremos.
César Alcalá