Mossos de la División de Investigación Criminal de la Región Policial Metropolitana Sur y de la comisaría de Martorell han desarticulado un entramado criminal dedicado al cultivo masivo de marihuana en naves industriales para su posterior distribución. La organización tenía naves industriales de cultivo en Montcada i Reixac y en Terrassa.
La última fase del operativo ha permitido detener a nueve personas que se añaden a las otras 17 arrestados desde que se inició la investigación en el mes febrero. A los 26 arrestados de nacionalidad española, albanesa, serbia y marroquí, se les considera presuntos autores de los delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico.
La investigación se inició durante la segunda quincena del mes de febrero, cuando los Mossos localizaron una plantación de marihuana en una nave industrial de Castellví de Rosanes. Fruto de las pesquisas policiales los investigadores determinaron que detrás de los responsables de la plantación había un complejo entramado criminal que controlaba muchas más plantaciones de marihuana, ubicadas en diferentes municipios de la geografía catalana, para su posterior distribución dentro y fuera de Cataluña .
El grueso del entramado estaba formado por personas de nacionalidad albanesa y de otras zonas de los Balcanes, aunque también contaban con la colaboración de personas de nacionalidad española y marroquí., Todos con varios antecedentes por delitos contra la salud pública en otros países europeos.
Los agentes comprobaron que los investigados habían alquilado varias naves y domicilios en diferentes puntos de Cataluña con el objetivo de establecer una red de cooperación para el cultivo y la distribución de marihuana en gran cantidades.
Además, el investigadores constataron que los integrantes de la organización llevaban un nivel de vida muy elevado, aunque ninguno de ellos disponía de trabajo estable remunerado, como lo demuestra el hecho de que pagaran hasta 5.000 euros al mes por el alquiler de casas de alto standing o por las naves industriales o la compra de relojes de alta gama, algunos de los cuales con valor superior a 11.000 euros.
La organización contaba con una estructura bien definida y con una clara distribución de tareas de cada uno de los miembros.
Los responsables de la organización, entre los que había un jugador de fútbol profesional de un equipo albanés de segunda división, disponían de varios grupos de personas encargadas de vigilar continuamente las naves industriales donde tenían las plantaciones, a veces incluso los encerraban en su interior donde vivían en condiciones precarias.
Los investigadores constataron que para hacer los envíos de drogas fuera de Cataluña la organización utilizaba camiones de transportes de mercancías para eludir los controles y los cierres de fronteras establecidos con motivo de la Covid 19.
Además, todos los miembros del grupo para evitar la acción policial siempre se desplazaban de madrugada por el territorio catalán, y cambiaban continuamente de vehículos y de vías de comunicación.
La organización había alcanzado un elevado nivel de especialización y tecnificación de los cultivos de manera que podían desmantelar y reinstalar rápidamente toda una plantación de marihuana de más de 1.500 plantas si tenían sospechas de que la policía los vigilaba.
Aunque disponían de la infraestructura, la tecnificación y el conocimiento para hacer cultivos aún más extensivos preferían disponer de plantaciones más reducidas pero muy repartidas por todo el territorio, con el objetivo de poder garantizar siempre la continuidad de la producción si algunas era intervenida por la policía.
Ante estos hechos el día 16 de junio se estableció un operativo policial, tutelado por el Juzgado de Instrucción número 4 de Martorell, que permitió detener a nueve miembros de la organización y llevar a cabo siete entradas y registros en Vic, Castellví de Rosanes, Tarragona, Reus, El Masnou y Montcada i Reixac, cinco en naves industriales y dos en domicilios.
El operativo policial, en sus diversas fases, ha permitido la intervención de 225 kg de cogollos de marihuana preparados para su consumo, 5.600 plantas de marihuana en avanzado estado de crecimiento y 1.000 esquejes de marihuana. El total de las sustancias intervenidas tendría un valor superior al millón de euros en el mercado ilícito catalán, aunque se podría triplicar su valor una vez fuera de España.
La acción policial también ha permitido desmantelar once naves industriales que el grupo utilizaba para el cultivo, cinco de las cuales estaban ubicadas en Tarragona y el resto en Terrassa, Riudoms, Castellbell i el Vilar, Moncada i Reixach, Vic y Castellví de Rosanes.