Roberto Giménez

En junio de 2012 el nuevo gerente, Xavier Quer, me dio la peor noticia profesional que se me podía dar: tenía que anunciar a la redacción que después de las vacaciones ‘Revista del Vallès’ no podía salir después de setenta y dos años fiel a los lectores de la comarca.

El Vallès entraba en el cementerio de la prensa víctima del acoso mortal de Internet. Toda la prensa moría, salvo la subvencionada por la Generalitat, que tiene las competencias exclusivas, y las patrocinadas por el IBEX 35. La prensa libre ha muerto…

Mi revista era el semanario con más lectores de Catalunya con 72.000 lectores a la pero no era suficiente porque detrás no estaba el aval de un grupo empresarial, privado o público. No es un problema español sino que son los efectos colaterales de tener la información en el bolsillo. Internet es el verdugo de la prensa que tiene dos víctimas: la prensa libre, que ha desaparecido, y los kioscos que mal viven con golosinas, los que aún están.

Estos dos oficios tienen tanto futuro como el de los serenos…

Sólo hace falta observar la edad que tiene un lector de papel, tienen más de sesenta años. Sólo resisten los nostálgicos…

Le dije al gerente, era un iluso, que tenía una alternativa realista, al margen de la financiación: podíamos sacar la Revista a mitad de precio que como nos cobraba Publicitat Sitjes, que nos sangraba…

El as que tenía bajo la manga era la de un diseñador amigo, Jonathan Gelabert. Previamente había hablado con él. Al gerente se le pusieron los ojos ojipláticos porque a él le interesaba como a mí, porque vivía de la Revista…

Llamé a Jonathan y nos pusimos manos a la obra. Aquel verano ‘secreto’ lo pasamos trabajando mano a mano. Él desde su casa, yo en mi apartamento: en la mañana en Calafell y por la noche con mis amigos, y por la tarde en mi terraza dando el visto bueno a la nueva Revista que iba a salir en septiembre…

La primera semana lo presentamos a la Empresa. Nos felicitaron aplaudiendo y dándonos la mano. Yo estaba alegre, pero triste.

Lloré volviendo a casa porque sabía que me quedaban dos telediarios…

Era el último servicio que hice. La Revista desapareció seis meses después porque el último presidente, Joan Catafal, dijo  a la tele comarcal que en ese 2013 las ventas habían bajado un 42%…