
La Fiscalía pide dos años y cinco meses de cárcel para el socio de un club de palomas deportivas de Santa Perpètua de la Mogoda acusado de envenenar a aves rapaces protegidas, usando como cebo pájaros muertos impregnados en plaguicidas.
En su escrito de acusación presentado en un juzgado de instrucción de Cerdanyola, a que ha tenido acceso Efe, el fiscal acusa al socio del palomar de dos delitos continuados contra la fauna y pide que se le inhabilite para ejercer cualquier actividad relacionada con los animales y la caza, así como a indemnizar a la Dirección General de Políticas Ambientales con casi 1.500 euros.
Según mantiene el ministerio público en sus conclusiones provisionales, desde principios del año 2018 el acusado fue abandonando palomas muertas impregnadas en veneno en varios puntos de los alrededores del club de Santa Perpètua de la Mogoda del que era socio, donde tenía entre 50 y 100 ejemplares que utilizaba para competiciones.
De esa forma, mantiene la Fiscalía, el acusado pretendía evitar que las aves rapaces atacaran o causaran molestias a sus palomas, “aceptando también los daños que esa acción podía tener para el resto de la fauna salvaje y doméstica que podía entrar en contacto directo o indirecto con esas sustancias peligrosas”.
Entre enero y marzo de 2018, los agentes rurales encontraron cuatro rapaces -un águila ratonera, un gavilán y un azor- que habían muerto tras entrar en contacto con las palomas con veneno, en los términos municipales de Santa Perpètua de la Mogoda y Montcada i Reixac .
En una inspección en el módulo que el acusado tenía en el club deportivo, los agentes rurales hallaron distintas herramientas que el procesado utilizaba para preparar los cebos y botes de miel y jalea real con los que untaba a las palomas con veneno.
Las aves que murieron envenenadas están protegidas tanto por la normativa europea como por la española y catalana y el veneno usado para exterminarlas está prohibido por la Convención de Berna desde septiembre de 1979.