Roberto Giménez

Esta historia no la sabe el ex alcalde socialista, Josep Pujadas i Maspons,  actual presidente del BM Granollers, y le gustará conocerlo: gracias a él, involuntariamente, en 1990 el periodista Jordi Pey, entonces trabajaba en TVE en Sant Cugat, probablemente le habría sido elegido nuevo director de Revista del Vallès sustituyéndome tras siete años de ejercicio, desde 1983.

Mi historia profesional habría dando un cambio brutal; y el de la Revista, no digamos. Si el alcalde lo hubiera sabido estoy convencido que no le habría elegido como primer director de la televisión Local, GRANOLLERS TV. Josep Pujadas, un alcalde honesto y buena persona (le dediqué el último libro de Sant Jordi, HISTORIA DE DOS ALCALDES, JOSEP PUJADAS Y JOSEP MAYORAL que aún pueden encontrarlo en LLIBRERIA CARBÓ, o el próximo Sant Jordi comprarlo en mi stand).

Eligio a Pey no porque fuera de su línea ideológica, ya he dicho que Pujadas es honesto, sino porque Jordi era un buen profesional del mundo de la televisión, un medio me era desconocido y que no me hubiera adaptado porque lo mío más que el verbo e la letra. Cada uno tiene que ser consciente de su don…

El nuevo director de GRANOLLERS TV había encantado con dos entrevistas al último alcalde franquista, Francisco Llobet, y al consejero delegado del Vallès, Lluis Sitjes i Ballescà, que era el hombre que estaba urdiendo el  cambio. La incógnita de la ‘Operación Relevo’ era el presidente Pere Viaplana con el que no se llevaban bien por cuestiones personales distintas a las mías.

El consejero delegado no se llevaba bien conmigo, porque era un relaciones públicas de la crem de la crem social de Granollers. No era amigo de los nuevos gobernantes, pero no se fiaba de mi, porque era un verso suelto al que temían los empresarios locales que, a su vez, eran los anunciantes de la Revista. Lo sabía pero no estaba al servicio de los anunciantes sino de los lectores, por eso digo que era un verso libre. Mi talón de Aquiles era el señor Sitjes.

No es que fuera una paranoia mía sino hay un hecho probatorio definitivo: la semana anterior del nombramiento de Pey como  director de la televisión local, el gerente de la Revista Manel Quer, siguiendo instrucciones del Consejero Delegado, me llamó por teléfono, los encargos comprometidos no eran cara a cara, para decirme que enviara los titulares de la Portada a Pey, que a partir de entonces haría su diseño. No recuerdo lo que le dije, paro sí que no me gustó. Hablo diciembre de 1990.

Jordi Pey era el caballo de Troya que Lluis      Sitjes había introducido en la ciudadela. El alcalde socialista impidió el cambio del VALLÈS.