El hijo de Amer ha estado a su nivel al elegir como embajador suyo a Quim Torra ( el delegado de la Generalitat me recuerda a un illuminati que, probablemente, conseguirá el voto de la CUP porque está tan iluminado como quien lo ha elegido).
Los illuminati eran una sociedad secreta ya desaparecida con una fuerza que los novelistas de ciencia ficción se han puesto las botas porque pretendían gobernar el mundo, un nacionalista su nación, a través de las mentiras y exageraciones difundidas desde la misma organización. Verbigracia: Quim Torra está a la altura de la desaparecida Cristina Cifuentes, en versión de Blanes.
Puigi no podría haber nombrado a un mejor delegado de la República en el exilio; y para los políticos presos en Estremera y Soto del Real el peor abogado del diablo para defender sus intereses porque todos continuarán en prisión hasta que a principios del próximo años sean juzgados.
El magistrado Pablo Llanera no se irá de vacaciones y tendremos un verano tan calentito como la temperatura ambiental. No creo que ninguno de los presos de las gracias al berlinés por su elección no necesitan enemigos, los tienen en casa.
Mariano Rajoy que quería dejar de aplicar el 155 probablemente tendrá que ceder a lo que le pide Albert Rivera porque si no lo hace Ciudadanos se comerá la tarta del PP y jibarizará el partido de Rajoy (Mariano es mucho más sensato que Albert, que sólo piensa en la Moncloa. Sueña con el Macron español. El francés es muy guapo pero tampoco me gusta).
El partido presidencialista de Albert Rivera es como era el partido de Convèrgencia Democràtica de Catalunya, en versión de nacionalismo español cuando Jordi Pujol era el sumo sacerdote del nacionalismo catalanista, el Francesc Cambó de mi generación.
Es muy posible que si Quim Torra consigue el aplauso de la CUP pasando de las palabras a los hechos, siguiendo la orden del magistrado, los Mossos d’Esquadra lo detengan, lo traspasen a la Guardia civil y ésta lo traslade al Tribunal Supremo ante el juez Llarena y éste dicte el ingreso en la prisión de Estremera donde Oriol Junqueras se está poniendo un figurín, como el jefe de la Manada, y eso puede pasar el delegado del berlinés, el illuminati, si en lugar de declaraciones firma decretos anticonstitucionales, que es lo más probable que suceda viendo los ojos del delegado del hijo de Amer.
Se prepara un verano de tostadero a cargo de los pacíficos miembros de la CDR. El futuro inmediato que nos espera es tan triste como desesperante. Nadie ni políticos ni periodistas podrán irse este año de vacaciones. Todos menos un servidor, que os castigará desde ésta y otras columnas de opinión…
Roberto Giménez