El País este  viernes publicó una encuesta de Metroscopia que dice que Ciudadanos va como los cohetes Apolo lanzados por la NASA en cabo Cañaveral. La corrupción y Catalunya han puesto en órbita el partido naranja que no es ING, aunque lo parezca porque está a las antípodas de la empresa flamenca. Es rojigualda a machamartillo.

El País no cocina las encuestas porque vive de ellas.

La única ventaja de la inflamación separatista del fugado flamenco a Waterloo es que, como no hay pelo blanco que no tenga alguna vaca negra, ha rebrotado el sentimiento patriótico español en Catalunya, y en toda España, porque siente suya la bandera nacional, ya no tiene que taparse la nariz para votar al PP, vota a Albert Rivera. El Macron español.

La mayoría absoluta del centro derecha supera ampliamente a la izquierda, por eso veremos esta cosa tan curiosa que siempre pasa en España, que no en Alemania, donde la gente tiene más educación política, que la derecha y la izquierda forman una coalición política estable, imposible en España. El enemigo de la democracia cristiana y la social democracia alemana es el recuerdo de la II Guerra Mundial provocada por el nacionalismo.

Cada pueblo tiene su Historia particular y la terrible guerra civil fue entre la izquierda y la derecha, mutada en el inconsciente nacional entre el PSOE y el PP. Desgraciadamente, es la seña de identidad de España. Afortunadamente, la fuerza de la nación española está en que la izquierda y la derecha sólo tienen un punto en común, para desespero de los indepes: la Constitución.

En España, el auténtico rival de un partido no esta en la acera contraria, sino en la suya. Hoy el PP es Ciudadanos, como ayer el de UCD fue AP. El del PSOE era el PC, como hoy el de Podemos es el PSOE. Por eso la política no la entiende la gente que no conoce su naturaleza auténtica. Y como no la entiende acaba diciendo que todos son iguales.

La ignorancia es muy atrevida.

Los separatas se equivocan cuando dicen que no hay nada más parecido a un español de derechas que un español de izquierdas. Esta tontería no la ha inventado Enric Juliana, el subdirector de La Vanguardia, que me recuerda al Josep Pla contemporáneo que durante la República escribía sus crónicas de las Cortes de Madrid en La Veu de Catalunya, sino desde el diario de Godó, Grande de España.

Los separatas de cada veinticuatro propuestas aciertan dos porque hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día. Los indepes dan vueltas fuera del tiempo por eso aciertan una de cada doce veces que hablan.

Me cuesta entender como personas inteligentes hayan caído en este estado de ingravidez permanente.

Sí, la gente de izquierdas y derechas coinciden, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, Felipe González y José María Aznar, monárquicos y republicanos, y ante la desesperación de los estelados, también los de Podemos en defender la integridad de España. No sólo en España sino en todo el mundo.

De seguir las cosas así, no tengo ninguna duda de que Rivera ganará las próximas elecciones. La única duda que tengo es que desconfío de los partidos de aluvión. Llevan en las costuras muchos advenedizos; y no saber, volviendo con la metáfora inicial, si Albert Rivera comanda el Apolo XII, el que llegó a la luna; o el Apolo XIII que, desgraciadamente, vio las estrellas y acabó con los proyectos Apolo…

Roberto Giménez