El 21D Ciutadans ganó la elecciones catalanas. No entiendo porque Inés Arrimadas no se postula candidata a la presidencia del Govern de la Generalitat que, en buena lid, le corresponde por haber sacado más votos y más escaños.
El bloque indepe le iba a cerrar el paso porque como bien se sabe la suma del partido del huido, el de Estremera y la banda de Carles Riera suman más escaños, que no más votos. No digo nada que no se sepa…
Pero no entiendo como una excelente oradora como Arrimadas no salga a la palestra para exponer una alternativa al Govern indepe que está encelado con la misma salmodia desde el 2012.
La ganadora de las elecciones tendría que explicar su programa. No tiene mimbres suficientes pero le sobra fuerza y empaque personal para proponer una panoplia de cuestiones que Catalunya tiene pendientes, y que con la sinergia de los partidos nacionales no tendría tantos tropezones legales como los que tienen los que se saltan las leyes.
Sí, ya se que los tres grupos indepes le darían calabaza pero ¿Por qué renuncia a una batalla que la tiene perdida de antemano?, pero que le debería darle el protagonismo que legítimamente ha ganado en las urnas. La potenciaría para el futuro si se tienen que repetir las elecciones.
Dejar de hablar del monotema y reclamar una financiación más justa, un plan para reducir las listas de espera de la Seguridad Social, más recursos en enseñanza, la seguridad ciudadana, un pacto de inversiones con el Estado, el compromiso de ser cumplido, porque la Administración General del Estado se volcará en Cataluña. Y, además, el activo que tiene de aún no tener corrupción…
Ya sé que no serviría para nada porque en esta situación de guerra de trincheras. Las balas son palabras que rebotan que no hacen sangre ni matan, pero que dañan la convivencia social en Cataluña, y la economía. Catalunya está bloqueada en un bucle melancólica, y dividida en dos.
Arrimadas no sacaría ningún escaño más, pero sí podría hacer cambiar un sector gente que ha visto que la revolución de las sonrisas era una mascarada de mentiras alentadas desde la Administración nacionalista.
No entiendo porque no se sube al tranvía, a no ser que sea el maquinista quien no quiera perder el protagonismo. Sólo así entendería que Inés no quiera arrimarse más al poder porque el maquinista de la General le ha dicho que no suba. El presidente tiene celos.
No lo sé, pero no tengo otra explicación.
Roberto Giménez