Los catalanes somos tercos. El calificativo es de Josep Pla. También se podía decir que somos tenaces. Es lo mismo pero con un sensible giro conceptual: tenaz tiene un acento positivo; terco lo tiene negativo. Es como lo veía el ampurdanés. Los nacionalistas tan orgullosos de su ombligo dicen que tenaces. Pla era un buen observador…
Sé que cualquier comparación entre los pueblos es discutible porque cada uno tiene su historia, y su carácter, y su líder. A los pueblos sólo les mueven los líderes y los poetas. Hitler era un líder y poeta. No hace falta escribir poemas para serlo. El alemán escribió las flores del Mal que diría Baudelaire. Jesús era un verso suelto que escribió las flores del Bien, y acabó crucificado.
Hago una comparación desemejante al analizar la coyuntura de Ucrania y Rusia, a la de Catalunya y el resto de España; repito con sus mil diferencias entre un pueblo latino y uno eslavo. De Ucrania, si me permiten la frivolidad, envidió la esbeltez y la cara angelical de sus mujeres, las catalanas son tan castañas como las gallegas o andaluzas. No existe el fet diferencial porque España es una Unidad de Destino de mil leches.
Me llama la atención el fet diferencial entre los indepes y los familias ucranianas que en el 2014 se concentraron en la plaza de la Independencia (Maidán) en el centro de la capital de su República, Kiev. Soportando las inclemencias del general invierno. Kiev hace mil años fue la capital de la Madre Rusia.
Se concentraron pacíficamente desafiando al frío y a la policía porque no querían estar bajo la influencia de la Rusia de Putin que pretendía su presidente, sino que preferían estar bajo el paraguas de Bruselas, que es lo que la UE quería, y que el nuevo zar del Kremlin temía.
Lo contrario ha pasado en la UE con Catalunya. Europa ha tomado partido a favor de la integridad de España, dándole la espalda a los estelados porque hay que esta muy encoñado para abrir la caja de Pandora que rompería buena parte de los Estados miembros de la Unión.
En la Navidad de hace tres años miles de ucranianos llenaron con sus cánticos pacíficos la plaza Maidán, que es la plaza Catalunya de Kiev, un día tras otro, una noche tras otra, pertrechados con termos y abrigos, durante semanas en que la capital de la República de Ucrania soportaba temperaturas bajo cero en el gélido manto blanco de general invierno. Hubo decenas de muertos reales, no los que se inventó Marta Rovira.
Los indepes latinos se nota que no son eslavos. El mismo día de la Declaración oficial de la Republica abortada, el líder hacía de Ausente, pasando la noche en su Girona natal haciendo las maletas para autoexiliarse a Bruselas.
¿Salieron los indepes a concentrarse en la plaza Maidán del Corte Inglés para exigir la restitución de la Generalitat suspendida?, ¿Alguien ha hecho huelga de hambre para protestar por la prisión de los Jordis, la vuelta de los flamencos huidos, o la salida de los presos ‘políticos’?
Todo lo más (los más concienciados del país se atreven a poner un lazo amarillo en la solapa de sus chaquetas…)
Cuando los indepes se mofan de España, diciendo que somos un país de pandereta; en realidad, se hacen un auto retrato.
Roberto Giménez