Educación emocional: es un conjunto de habilidades que nos permiten controlar las emociones negativas frente a una adversidad con el objetivo de que no persistan mas de lo necesario y por tanto no interfieran en los futuros aprendizajes.
¿Como madre o padre cómo promuevo el conocimiento de las habilidades de autorregulación y autocontrol en mi hijo/a?
En primer lugar, un padre o madre debe ser consciente del importante papel que tiene, es un modelo literalmente. Los hijos van a imitar vuestro comportamiento, vuestra forma de expresaros, de comportaros…
Y…. ¿Cómo funciona el comportamiento humano? ¿Por qué ante una misma situación hay personas que se comportan de una manera y otros de otra?
Porque cada uno la interpreta de una manera diferente. Aquí aparece el pensamiento o nuestra manera de interpretar la situación.
Y…¿Qué es lo que son las interpretaciones? Pensamientos. Y un pensamiento es un diálogo con nosotros mismos. A veces el pensamiento viene acompañado de imágenes. Eso es un pensamiento.
Pero lo que pensamos nos afecta a nivel físico, a nivel emocional y a nivel de comportamiento. Por ejemplo: voy por la calle y me encuentro con alguien que no me apetece para nada saludar. En ese momento pienso: “¿y ahora qué hago?” y automáticamente noto algo en el pecho; Emoción: agobio,; Comportamiento: miro un escaparate y hago que no lo he visto.
Hay dos tipos de pensamientos: los reales y los distorsionados. Los reales están basados en pruebas objetivas. Los pensamientos distorsionados o bien no tienen pruebas o bien tienen pruebas pero las exageramos. Tanto los pensamientos reales como los distorsionados me pueden hacer sentir bien y mal.
Ejemplo: me levanto por la mañana y le digo a mi marido: “me voy que tengo que hacer un montón de cosas: esto, esto y aquello”. Llego por la noche y mi marido me pregunta: “¿qué tal como te ha ido el día” y yo le contesto: fatal. No he hecho nada, he tirado el día. Porque de lo que tenía que hacer sólo he hecho dos cosas, y esto y aquello que era lo más importante no lo he hecho.
Este pensamiento: “he perdido el día” ¿es un pensamiento real o distorsionado? ¿Me hace sentir bien o mal? Es un pensamiento que me hace sentir qué emoción? Frustración, enfado, ¿Cuánto puedo estar de enfadada? Del 1 al 10. “No he hecho nada, he perdido el día”, así que bastante alto: un 8 o un 9.
Ahora bien, ¿cuál sería la realidad de ese pensamiento distorsionado? Lo más concretamente posible: he hecho 3 cosas y otras 2 no. ¿Las otras cosas qué? ¿Me hubiera gustado hacerlas o no? Sí. Pues el pensamiento más ajustado a la realidad sería algo así como: he hecho 3 de 5 cosas pero me hubiera gustado hacerlo todo. Este pensamiento te hace sentir menos mal.
Ya tenemos la primera diferencia entre pensar de forma distorsionada y pensar de forma real. ¿Qué consigo entonces pensando de forma real? De entrada disminuir la intensidad de una emoción negativa. Me siento menos frustrada, decepcionada y enfadada cuando pienso: “he hecho 3 de 5 cosas pero hubiese gustado hacerlo todo”.
Como padre/madre tengo que tener claro que si hago un esfuerzo por interpretar las situaciones de una manera realista, aunque esa situación me genere una emoción negativa, la intensidad de esa emoción negativa será menor.
¿Cómo funciona mi cabeza cuando pienso de forma distorsionada?
¿Qué sigue al pensamiento…. “no he hecho nada, he perdido el día”? Puede seguirle: “mañana me pasará igual”, “soy un desastre”, “siempre igual”….etc. Así pues, un pensamiento distorsionado invita a venir a otro pensamiento distorsionado, que llama a otro. Y al final le damos vueltas al problema, es lo que llamamos el círculo vicioso de la preocupación. Des de aquí difícilmente voy a llegar a la solución.
¿Cómo funciona mi cabeza cuando pienso de forma realista?
Al pensamiento “bueno he hecho 3 de 5 cosas, me hubiera gustado hacer más” le sigue otro pensamiento realista: “venga, el martes que tengo un ratito me pongo y lo hago”, o hago un análisis: “claro, es que me he encontrado a tal persona y me he entretenido y he encontrado un atasco”, etc. La forma de pensar realista nos invita a pasar a la solución.
Lucía Rodríguez
Psicóloga