El pasado jueves en el Libro Azul el Dietario que publico en Face escribí un micro cuento escuchado a Fernando Sánchez Dragó: ‘la vida es nacer, niñez, adolescencia y adolescencia y adolescencia, y muerte’. No se puede reflejar con menos palabras la metáfora de la política separata. Puigdemont no ha superado la fase de la adolescencia que se convierte en enfermedad cuando no se consigue superar. Peter Pan no es un niño que se resiste a crecer como creen los niños, sino un muerto viviente.
No sólo no pienso como Felipe González y José María Aznar que ha llegado la hora de tocar el cornetín, pasar de las palabras a los hechos, y aplicar el 155 para que el Estado central recupere las competencias de la Generalitat y dar mandobles al sueño de un muerto viviente, el sueño de Peter Pan. Sino que lo dicen porque no están en el ruedo al frente del Ejecutivo, sino en las gradas preocupados, todos españoles lo estamos, porque el toro que ha salido está loco. Enviste como un miura, pero ignora que no lleva cornamenta. Que sus cuernos son romos.
Estoy convencido así como González autorizó a los GAL, en su equivocada guerra sucia contra ETA; y Aznar, con una estrategia más inteligente, acabo con la Kale Borroka modificando el código penal y que fueran los padres quienes pagaran los platos rotos de sus hijos, terrorismo de baja intensidad, cuando quemaban buses en Sanse porque los desperfectos los iban a pagar sus progenitores. Poderoso caballero es don Dinero. Y estuvieron al tanto…
Sí, González y Aznar harían como Rajoy si estuvieran en la Moncloa. No sólo la inhabilitación temporal para los cargos públicos que crucen el Rubicón de la Constitución e incumplan las leyes, sino que devuelvan de su patrimonio personal los recursos públicos gastados en su envite de chulería…
Que en dos semanas el adolescente Puigdemont se ha cepillado a media docena de altos cargos de su Govern porque quiere una falange monolítica que no dude en vulnerar la Constitución cuando reciba la orden de ataque contra el muro inexpugnable de la Ley…
Los indepes se quejan de la pasividad de Rajoy que calla y no dice nada ante el desconcierto de los gallos de Marzo, de ambos bandos, que quisieran ver realizada la lapidaria frase de la ministra de Defensa de por Tierra, Mar y Aire.
Rajoy es más inteligente y cuando llegue el día D, sino antes, firmará un decreto para poner a los Mossos d’Esquadra bajo las órdenes de un comandante o teniente coronel, ni siquiera un general, de la guardia civil y ya puede decir misa Puigdemont y su conseller porque donde hay capitán no mandan los marineros.
¿Que habrá motín a bordo? Quizás de unos pocos que serán arrojados al mar de los tiburones, metafóricamente hablando: suspendidos una temporada de empleo y sueldo. Ni siquiera definitivamente porque en la intervención quirúrgica Rajoy no quiere hacer más sangre que la necesaria.
La República acabó con el motín de octubre de 1934 con más de cien muertos. Han pasado tres generaciones y hoy, más civilizados salvo la CUP, el precio no será la sangre sino el patrimonio de los kamikazes de la banda de Puigdemont.
Roberto Giménez
PD: Creo que al final Artur Mas le dará gracias implícitas para no tener que beber el aceite de ricino que les espera a los kamikazes de Pugdemont.