Si fuera profesor de periodismo en la UAB suspendería con un cero patatero a Carles Puigdemont, no por su ideología política sino por su falta de rigor periodístico en un hombre que durante más de veinte años ha vivido del periodismo en medios paniguados (subvencionados por la Generalitat de Jordi Pujol). Pero ni soy profesor, ni él ha sido alumno de la Facultad de Ciencias de Información. Se nota que no ha estudiado periodismo porque esa lección se aprende la primera semana de la Universidad.

La enseñanza la recibí en octubre de 1975 por el profesor de redacción periodista que me impactó. Y que hoy a nadie sorprende, pero a mi sí. Han pasado cuarenta y dos años aún recuerdo la lección. Lo que nos dijo es que cada lector compraba el diario con el que más se identificaba. Hoy suena a ingenuidad

Me quedé ojiplático porque con diecisiete años pensaba que lo que publicaban los diarios era verdad. Con una ingenuidad de pardillo creía que los lectores compraban uno u otro por el formato, el estilo, la tradición, o la calidad de los colaboradores. Pero que lo que se publicaba iba a misa. Era tan verdad como que el día se va cuando se ven las estrellas en la bóveda del cielo.

Con esa lección aprendida tres años después me llamaron a filas a Valencia. Por un asunto de faldas pasé una temporada larga en el calabozo; para matar las horas, estuve un mes aislado en una celda infecta, le pedí al sargento de guardia que como era estudiante de periodismo me compraran cada mañana dos diarios: EL PAÍS y EL IMPARCIAL para cotejar las informaciones. La política lo invadía todo, hacía un mes que se había aprobado la Constitución. La política y el terrorismo cada semana ETA mataba a dos personas… Eso pasaba cuando tenía veinte años.

Cuento este largo preámbulo de experiencia personal para explicar porque si fuera profesor de la UAB suspendería a Carles Puigdemont pues mete la pata al mejor estilo Trump. Le gusta tuitear como si fueron cañones lanzando bombas contra España para que le aplaudan sus forofos

Como es de Girona, su Evangelio es el Diari ARA y cada titular vitriólico  lo lanza para armarse  de razones contra el Estado autoritario, para reforzar el pensamiento de sus seguidores que como lo dice el Molt Honorable debe ser verdad, como yo pensaba con diecisiete años.

Vamos, que no contrasta las informaciones que le gustan, y hace como Trump, y como Trump la caga…

Como está encoñado en que su enemigo es España propaga todo lo malo, hecho o inventado, por eso soltó un ‘barco de guerra fabricado en España hace aguas en Australia’, siguiendo lo que decía ARA, Vilaweb o El Nacional.cat, obviando que ese barco que hizo aguas fue por un error del sistema de propulsión montado, ya en Australia, por la multinacional alemana SIEMENS.

Otra, la gansada que una semana antes había soltado: “El estado está desconectando de Catalunya y no gobierna para todos. Ni votar ni volar” Como la información afectaba a la ruta Barcelona-Tokio de Norwegian. La compañía aérea salió al día siguiente a desmentir la información del imitador catalán de Trump. La información, como no, era de Ara, su diario de cabecera.

Podría seguir con más ejemplos de esta jaez pero me frena el espacio disponible. Por eso decía que daría un cero patatero a Puigdemont por una cuestión profesional.

Ha tenido muchos años para aprender pero no voy a llamarle tonto ni otros improperios como los que le lanzan a Rajoy cuando se equivoca con una frase mal construida. No quiero parecerme a ellos. Digo  simplemente que el President es un forofo encoñado. Quiera meterla todos los días. Su máximo placer es joder a España.

Es una pasión adolescente que lleva reflejado en el peinado de sus años mozos.

Un psiquiatra haría maravillas con él.

Roberto Giménez