En los últimos días, medios como TV3 o entidades como la Assemblea se han puesto a hablar sobre Fuerzas Armadas en un supuesto Estat Català. La Televisión Pública catalana arrancó hace unos días el candente debate – no se habla de otra cosa las paradas del mercado – sobre si las supuestas Fuerzas Armadas deberían ser un Ejército convencional – con todas sus armas: Tierra, Mar y Aire- o bien bastaría con una policía militarizada. Ahora, la Assemblea Nacional Catalana de La Garriga – que supongo que quiere representar a la parte buenrollista del asunto identitario- se sientan a discutir sobre si un Estat Català debería tener o no Ejército.
Grandes y profundos temas, sin duda.
¿Quieren saber lo que pienso? Pues que Qui no te feina, el gat pentina. Seguro que habrán oído en más de un ocasión este refrán popular catalán que en baleares tiene una versión aún más divertida, pero con el mismo significado: Qui no té res que fer, pentina pets. Son ambos tan elocuentes que sobra comentar que se refiere a aquellas personas que hacen algo, lo que sea, incluso lo más ridículo, para no aburrirse. O para seguir entreteniendo al personal. O, quizá, seamos malos, para distraerlo.
Esta última explicación de por qué la televisión catalana y demás se entretienen pentinant el gat les va como anillo al dedo a este debate sobre el modelo de Ejército en un imaginario Estado Catalán. Es cada vez más evidente que los medios de comunicación públicos de la Generalitat, junto a la entidad soberanista, se esfuerzan para que el denominado Procés no decaiga. Hacer viajar a la parroquia a mundos imaginarios es ideal para desviar su atención de temas mundanos como los recortes a las farmacias o la sanidad, la incapacidad del Govern d’Artur Mas de gestionar los recursos y otras tonterías del día a día. Y además contribuye a subir la libido nacionalista.
Cualquier día organizarán un debate sobre si un Estat Català debería, o no, dar la nacionalidad preferente a los residentes actuales en alguno de los territorios de la Antigua Corona de Aragón o sobre si un Estat Català tiene la obligación moral de pedir perdón a Grecia por las atrocidades cometidas en este país por los Almogavers.
Las discusiones patrióticas puede que contribuyan, como la Viagra, a mantener la trempera del Procés. No lo niego. Lo que sí es evidente es que cuando se prodigan estos estímulos, lo que evidencian es que el tal Procés tiene cada días más problemas para ilusionar y satisfacer las expectativas de su parroquia. Y eso siempre anuncia el declive final.
Diábolo
