tertuliaarchiu10fLas tertulias del ‘Arxiu’

El tema era de lo más sugestivo y parecía que podíamos estar ante una de las tertulias más interesantes de esta temporada. Después de las primeras explicaciones del ponente. Esteve Velilla Miralpeix entendimos que el tema quedaba algo cojo. La falta de participación de los asistentes en la tertulia al final de la exposición del tema acabó de convencernos. Faltó a nuestro entender un mejor muestrario del catálogo de obras,que a su vez podía haber sido ampliado con lo que pasó verdaderamente y cuáles fueron las obras de arte que acabaron quemadas, fundidas o que, ¿por qué no?, algún día aparecerán en alguna vivienda particular.

Velilla, que en el momento de estallar la Guerra Civil contaba 13 años fue “captado” por su profesor de dibujo, Antoni Vidal, para ayudarle a efectuar el inventario de las piezas y obras de arte que particulares clérigos querían preservar de la barbàrie que algunos inconscientes habían empezado a llevar a cabo, especialmente con las piezas religiosas. “No todos los revolucionarios eran iguales -destacó Velilla-Mientras unos decían que se tenía que destruir todo, otros opinaban que debía conservarse”.

tertuliaarchiu10f2Granollers contaba desde 1932 con su Museo Archivo de Granollers y el Vallès Oriental, primero instalado en las antiguas dependencias de la cárcel de la plaza de Sant Bartomeu (actual Folch i Torras) y después en la casa Molina (actual Ambulatorio) de la calle Museo. Durante la guerra de 1936, la junta de Salvaguarda del Patrimonio, encabezada por Miquel Montagut Borja, se dedico a recuperar según Velilla, 16.555 piezas procedentes de toda la Comarca, siendo inventariadas una a una. En enero de 1938,el Museo se abría al público, dividido en diversas salas en las que se exponía todo el material existente. Al final de la contienda el museo fue desmantelado y sus piezas guardadas en una casa particular de Santa Eulàlia de Ronçana pero al poco tiempo volvían a su sede de la Casa Molina.

Acabada la guerra, por ley muchas de las piezas depositadas en el museo tuvieron que ser devueltas a los propietarios que las reclamaron.

Velilla hizo especial hincapié en la situación actual del Museo, no siendo el único que opina que se trata de un mastodóntico y feo edificio (al menos exteriormente) en el que se almacenan cientos de obras de arte de un valor incalculable y que no están a disposición del goce de los visitantes en general. “Tenemos abierto un museo sólo para intelectuales y me sabe muy mal no poder enseñar lo que tenemos en Granollers a quienes me visitan” Velilla acabó con un buen titular: “Haciendo aquel trabajo a mis 13 años se me inoculó el virus del Museo”.

JOSEP MAS

 

Pies de fotos:

1. La Casa Molina, derruida para construir el Ambulatorio Vallès, anterior sede del Museo de Granollers.

2. La primera sede del Museo de Granollers en los años 30 en la antigua prisión. JOAN CANAL

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