Foto: Josep Garcia

JORDI ABAYÀ

L´Ametlla del Vallès volvió a salir en todos los informativos el pasado lunes a cuenta del “Caso Millet”. Hacía tiempo que en la población no se veía tal despliegue de medios televisivos y gráficos ante la casa del expresidente del Palau. Puede que desde el año 2009 cuando estalló el escándalo del saqueo que habían realizado este y su mano derecha, Jordi Montull, de la ilustre institución cultural. La razón del revuelo era que el juez instructor del caso Palau, Josep Maria Pijuan, había ordenado el registro de la vivienda en la que Fèlix Millet reside habitualmente junto a su esposa. Antes, también vivía en la misma una de sus hijas, pero ahora parece que por el municipio sólo se ve al matrimonio Millet junto a algunos de sus nietos.

DOCE HORAS

La policía entró en la residencia de Millet poco después de las nueve de la mañana y no la abandonó hasta doce horas después. Los medios gráficos y televisivos tuvieron tiempo de sobra para hacer guardia en el recinto y registrar las entradas y salidas de los vehículos del juzgado y de los efectivos policiales. Al final, tras las doce horas, trascendió que la policía se incautó de 43.000 euros en efectivo, dos ordenadores y una treintena de obras de arte. Pijuan, que es el titular del Juzgado de Instrucción 30 de Barcelona, salió de la vivienda cerca de las 21.00 horas en una comitiva de cinco coches policiales y un camión de mudanzas y en la que también estaba el fiscal anticorrupción, Emilio Sánchez Ulled.

El juez ordenó la entrada y registro del domicilio de Millet y el de su mano derecha, Jordi Montull, en Teià en busca de “dinero en efectivo, valores y documentos relacionados con el destino dado al dinero defraudado”, según se explicaba en el auto.

Según dijeros a Europa Press fuentes del entorno de Millet, la comitiva para registrar la casa del expresidente del Palau, le despertó cuando llegó sobre las 9.30 horas, y en aquel momento en la casa también se encontraban su mujer y sus nietos. El juez se llevó entre 25 y 30 cuadros, 4 ó 5 esculturas y 43.000 euros en efectivo que tenía en la caja fuerte, según explican diversos medios.

Pijuan acudió en busca de documentos, papeles u objetos en cualquier soporte y también quiso comprobar el estado de conservación de las obras de arte que tuviera en su domicilio “a efectos de su embargo y depósito”.

Según una fotocopia de un contrato de seguro hallado en el despacho de Millet, en el Palau en un registro de 2009, el expresidente tenía un total de 44 obras de arte (óleos, litografías y esculturas) por un valor asegurado de más de 2,5 millones de euros, de las que no dio cuenta el expresidente de la institución musical, y que el juez sospechaba antes del registro que “puedan hallarse en su domicilio”.

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