Entre lo que anda escaso está el sentido común. Es decir, lo razonable, que es lo sereno y loable además de, por supuesto, ser del todo aconsejable.
Se vive casi a diario en medio de una jauría. El peligro es el pan nuestro que vivimos cada día. Reina la intranquilidad por culpa de la codicia.
En España se ha llegado a limites tan extremos, que preocupa a todas horas ese gran desasosiego; inquietando al ciudadano cansado de tanto invento.
No hay día que no amanezca plagado de enfrentamientos; que haya ruido de espadas y los bastos anden sueltos y entre tanto, la inquietud, nos tenga a todos inquietos.