Francisco Barbachano
Es práctica conocida
matar siempre al mensajero;
es decir, al periodista
que investiga con esmero,
la fechoría que alguno
pretende ocultar al pueblo.

¡Maldito sea el plumilla
que ha descubierto el pastel,
del mangante sin escrúpulos
que se lleva a placer
el dinero de las arcas
públicas, por doquier!

Esa es la afirmación
de algún menda del poder
cuando el plumilla descubre
lo golfo que puede ser;
qué, en eso la ideología,
nada tiene que ver.

Salvo honrosas excepciones
que obviamente las habrá,
la opinión del pueblo llano
es que no cesan de l mangar
y, como que no pasa nada,
¿por qué, dejar de trincar?

Francisco Barbachano