El ciprés es confidente de tantas cosas eternas que es esclavo del silencio callando las confidencias; y los amantes su sombra, veneran bajo la tierra.
Que bajo su tronco viejo y su sombra de gigante se consumen las Julietas y los Romeos amantes; fundiendo sus esqueletos, para volver a engendrarse.
Nadie como el ciprés sabe de amores frustrados, que hasta tiene en sus raíces corazones maltratados; que las hieren y envejecen sin que puedan evitarlo.
El ciprés es confidente de tantas eternidades, que su sombra es imponente, puntiaguda, y alargada; para que llegue hasta el cielo la amargura de su sabia.