El plan alternativo de transporte que debía garantizar la movilidad durante los 16 meses de obras en la línea R3 entre Parets y La Garriga ha saltado por los aires. Renfe Viajeros ha frenado por sorpresa el concurso público que se publicó hace apenas tres semanas —con un presupuesto de 68 millones de euros— y ha sacado a licitación uno nuevo con importantes cambios: el coste baja a 45 millones y se reducen a la mitad los autobuses directos previstos inicialmente.
Este giro inesperado ha provocado una fuerte reacción del Ayuntamiento de La Garriga, que ha emitido un comunicado expresando su “sorpresa y total disconformidad” con el nuevo planteamiento de Renfe. Y no es para menos. Según el consistorio, la nueva propuesta fija a La Garriga como único punto de intercambio de pasajeros y plantea un recorrido para los autobuses que atraviesa hasta tres zonas escolares del municipio, con accesos considerados peligrosos por los propios técnicos municipales.
Un cambio drástico y sin consenso
La decisión de Renfe llega después de que el pasado 25 de junio se realizara una prueba in situ del recorrido previsto. Aquella prueba —realizada con un solo vehículo, en hora valle y sin tráfico escolar— ya puso de manifiesto la dificultad de acceso a la estación de tren, especialmente en puntos como el cruce de Joan Martí con la ronda del Carril, calificado como “impracticable” por el Ayuntamiento.
Pese a ello, la nueva licitación no solo mantiene ese trazado, sino que además concentra todo el tránsito de autobuses en La Garriga. En total, se calcula el paso de unos 300 autobuses diarios por las calles del núcleo urbano durante los 16 meses de corte de la línea R3. Una cifra que, según el consistorio, tendrá un impacto directo en la circulación y en la seguridad de niños y niñas en horario escolar.
La respuesta municipal
El equipo de gobierno local no ha tardado en mover ficha. Los servicios jurídicos municipales ya están trabajando en la redacción de un recurso contra la nueva licitación, y la alcaldesa, Meritxell Budó, ha contactado directamente con la consellera de Territori, Sílvia Paneque, para trasladarle su malestar y pedir que se reconsidere el plan. Además, ha ofrecido una reunión urgente para abordar el tema con todas las partes implicadas.
En su comunicado, el Ayuntamiento lamenta que el nuevo planteamiento no refleje los acuerdos alcanzados previamente y que se haya tomado una decisión “unilateral” que compromete la seguridad y el bienestar de los vecinos.
¿Qué implica el nuevo plan?
- Menos autobuses: se recortan a la mitad los servicios previstos inicialmente.
- Un solo nodo de intercambio: todo el trasbordo se realizará en La Garriga, sin opciones intermedias.
- Recorrido polémico: los autobuses atravesarán calles interiores del municipio y zonas escolares.
- Impacto económico: el nuevo presupuesto pasa de 68 a 45 millones, lo que, según el consistorio, pone en duda la viabilidad operativa del servicio.
Un otoño complicado
El corte de la línea R3 está previsto para el próximo 27 de septiembre. Si no hay cambios de última hora, La Garriga se convertirá en el epicentro del dispositivo alternativo de transporte, con todas las consecuencias que eso conlleva. Mientras tanto, el malestar crece entre los ayuntamientos afectados, y la presión sobre Renfe y la Generalitat va en aumento.