Mossos d’Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC), junto con Policía Nacional, desarticularon, el pasado 26 de enero, el principal grupo criminal dedicado al robo de cajas fuertes en joyerías e inmobiliarias de Catalunya. Los investigadores detuvieron a 5 personas a las que se atribuye la participación en 17 delitos de robos con fuerza por valor de 700.000 euros en diferentes establecimientos de todo el territorio, desde enero de 2024. Los detenidos acumulaban más de 150 detenciones, gran parte de ellas relacionadas con hechos similares como éstos. Entre los detenidos había vecinos de Granollers y de Parets del Vallès.

La investigación se inició a raíz de un robo con fuerza en una joyería de Barcelona el pasado 31 de enero de 2024, cuando un grupo de personas sustrajo joyas por valor de 284.000 euros. La investigación se centró en identificar plenamente a los miembros del grupo y acreditar su actividad delictiva. Las gestiones realizadas en los primeros meses dieron sus frutos y determinaron que parte del núcleo duro del grupo residía en Madrid. Esta información fue clave para establecer un Equipo Conjunto de Investigación con el Grupo de Robos con Fuerza de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.

Un modus operandi muy trabajado y con una técnica delictiva singular: el oxicorte

El entramado criminal, formado principalmente por tres individuos, planeaba con mucha antelación los golpes a partir del análisis de las medidas de seguridad de los objetivos que querían violentar y la vigilancia de los mismos antes de perpetrar el delito.

Inicialmente, uno de los líderes del grupo realizaba la valoración y selección previa del objetivo. A partir de ahí, el primer contacto con el establecimiento se realizaba mediante visita previa, en horario de apertura al público, entre quince y treinta días antes de la fecha de ejecución del delito. Era en ese momento donde el núcleo duro del grupo comprobaba dónde estaban ubicadas las cámaras, las alarmas y el resto de elementos de seguridad. Con la información recogida preparaban la entrada por el día planificado.

Para acceder a los locales el grupo cambiaba el bombín de la puerta principal o accedía a través de puertas secundarias que conectaban con edificios contiguos. Ya en el interior, hacían saltar la alarma para provocar la presencia de la policía, que vigilaban desde un punto oculto cercano al establecimiento. En algunas ocasiones, incluso, habían manipulado el alumbrado de la calle para reducir la visibilidad de la zona.

Una vez comprobado que el responsable del establecimiento no se dirigía al lugar o que la policía se había marchado después de realizar las comprobaciones exteriores, el grupo hacía una segunda entrada donde inhabilitaba las alarmas y destruía las cámaras interiores.

Con la situación aparentemente controlada atacaban la caja fuerte empleando la técnica del oxicorte, un método muy específico y efectivo y muy poco utilizado en este tipo de delitos. Por medio de un soplete donde combinaban oxígeno y acetileno efectuaban el corte de la caja fuerte gracias a la combustión que producía la mezcla de gases. Según la complejidad de la operación podían estar trabajando durante más de 5 horas.

Con el acceso a las cajas fuertes, los criminales se apropiaban de joyas y dinero que, posteriormente, otro miembro del grupo se encargaba de blanquear para seguir alimentando la actividad delictiva de la organización.

El grupo actuaba con contundencia en todo el territorio, con golpes efectuados en las poblaciones de Barcelona, ​​Badalona, ​​Tarragona, Palamós, Cambrils, Rubí, Esplugues de Llobregat, Platja d’Aro y Sant Antoni de Calonge.

A modo de ejemplo, en una de las entradas a una joyería de Tarragona el grupo logró sustraer joyas por valor de 350.000 euros, lo que repercutió directamente en el futuro de la actividad comercial del establecimiento.

UNA INVESTIGACIÓN COMPLEJA

La forma de operar del grupo criminal dificultó mucho la labor de los investigadores. El hecho de utilizar varios vehículos y colaboradores para cometer los delitos, la estudiada planificación del tiempo para preparar los golpes y la inexistencia de propiedades a nombre de los principales autores obligó al equipo investigador a realizar un ejercicio muy exhaustivo de recogida de indicios para acabar relacionándolos con los hechos investigados.

Por último, la fase de explotación de la investigación, que contó con la participación de más de 120 efectivos policiales, consistió en cinco entradas y pesquisas en domicilios ubicados en Granollers, Parets del Vallés, San Andreu de la Barca y, fuera de Cataluña, en Leganés (Madrid) y una entrada en un taller mecánico de Parla (M). En los distintos registros se intervinieron 160.000 euros, siete vehículos, un equipo completo de oxicorte, un inhibidor de frecuencias y diversas herramientas utilizadas en los robos.

El operativo permitió detener al núcleo duro del grupo. De los cinco detenidos, tres eran los líderes del entramado y, entre todos, acumulaban más de 150 antecedentes. Todos ellos pasaron a disposición judicial el 28 de enero. Se les atribuye la participación en delitos de pertenencia a grupo criminal, robo con fuerza, blanqueo de capitales, robo de vehículo y falsedad documental.

La investigación sigue abierta y no se descartan más detenciones.