Francisco Barbachano
Entiendo la gran pasión
del político de casta
sabiendo leer consignas
entre líneas y palabras;
cosas que al profano
casi siempre se le escapan.

En época de elecciones
su jerga tiene semblanza,
sea partido de izquierdas
o de derechas, que basta
escuchar con atención
la brillantez de su labia.

Todos prometen lo mismo
y hasta juran si hace falta:
bajada de los impuestos,
una hacienda más barata;
una sanidad modélica
y las pensiones en alza.

Y es que la política amigos
no tiene corazón ni entraña;
lo que cuenta es el poder
y lo demás son bobadas.
Que el que gana, manda más,
y esa és la gran jugada.

Francisco Barbachano