Desde hace tres años, la autopista AP-7 se ha convertido en un punto crítico para el tráfico en Cataluña. Desde que se eliminaron los peajes, la cantidad de vehículos y los problemas relacionados con el tráfico han aumentado considerablemente, provocando accidentes y largas retenciones que afectan gravemente a los usuarios habituales. Para abordar esta situación, el Servei Català de Trànsit (SCT) ha anunciado una serie de medidas destinadas a mejorar la seguridad y la gestión del tráfico en esta importante arteria que atraviesa todo el Vallès desde Rubí hasta Sant Celoni.
Una de las medidas más destacadas es la instalación de semáforos en puntos estratégicos de la autopista para controlar y dosificar la entrada de vehículos. El objetivo es permitir el acceso a la vía en pequeñas dosis, aproximadamente cada 10 segundos, evitando así congestiones severas. La primera prueba de este sistema se realizará en la entrada de la C-35 a la AP-7 a la altura de La Roca del Vallès. Esta iniciativa pretende distribuir de manera más equitativa el flujo de vehículos, reduciendo los embotellamientos y mejorando la fluidez del tráfico.
Radares móviles y velocidad variable
Además de los semáforos, se implementarán radares móviles que podrán ser reubicados según las necesidades puntuales del tráfico. Este año se prevé la instalación de cuatro de estos dispositivos, con la intención de alcanzar un total de 26 para el año 2026.
Otra medida crucial es la implementación de un sistema de velocidad variable a lo largo de 100 kilómetros de la AP-7, desde Maçanet de la Selva hasta El Vendrell. Este sistema, que cuenta con un presupuesto de más de 12 millones de euros, utilizará inteligencia artificial para predecir congestiones y ajustar las velocidades en tiempo real, informando a los conductores y mejorando la gestión del tráfico. El director del SCT, Ramon Lamiel, ha enfatizado la importancia de esta tecnología, especialmente para asegurar que los camiones cumplan con la normativa de circular por los carriles derechos.
Aumento de carriles adicionales y nuevos radares
El SCT también ha anunciado que se duplicará la longitud de los carriles adicionales, pasando de 100 a casi 200 kilómetros. Estos carriles, que se han probado previamente en salidas, obligarán a todos los vehículos a circular a una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora en ambos sentidos.
El tráfico en la AP-7 ha experimentado un incremento promedio del 7% en el último año, con variaciones significativas en diferentes tramos. En el AP-7 sur, por ejemplo, el tráfico ha aumentado un 10% entre Móra y Constantí, y un 9,3% entre Gelida y Vilafranca. En el norte, el tramo de Montmeló a Granollers ha visto un aumento del 14% en el paso de vehículos pesados.