Mossos d’Esquadra del Área Central del Cibercrimen de la División de Investigación Criminal (DIC) han desarticulado en diferentes poblaciones catalanas, entre ellas Mollet del Vallès, una trama de pederastas relacionada con presuntos delitos contra la libertad sexual de los menores que eran captados a través de las redes sociales. Entre los delitos investigados se encuentran tenencia, distribución y producción de pornografía infantil, prostitución de menores y contra la salud pública.

La investigación se ha desarrollado en tres fases a lo largo de las cuales se han podido identificar a los hombres que habrían cometido las agresiones sexuales y algunos de los menores que las habrían sufrido. El principal investigado y máximo responsable de la trama, que tenía antecedentes policiales por un presunto delito de prostitución de menores en Valencia en el 2010, fue detenido dos veces a lo largo de la investigación.

Junto a él, los investigadores han detenido a quince hombres, entre ellos al menos un vecino de Mollet del Vallès, y han identificado a once víctimas, dos chicas y nueve chicos, y siguen investigando para identificar a catorce menores más que aparecen en el material gráfico recogido y otros catorce agresores.

UNA LARGA INVESTIGACIÓN

La investigación se inició a finales del 2021 cuando los Mossos d’Esquadra tuvieron conocimiento de la denuncia de una víctima de 12 años que habría sido agredida sexualmente junto a otros menores por un mismo hombre entre mayo del 2020 y en octubre del 2021. El autor contactó con las víctimas a través de redes sociales y en algún caso aprovechó las fugas de alguna de ellas para acogerla y perpetrar las agresiones.

Fruto de las primeras gestiones de investigación en las redes sociales pudo ubicarse el lugar donde se realizaban las agresiones y se identificó al presunto autor de los hechos.

El hombre quedó detenido el 9 de junio de 2022. En el operativo de detención se practicó una entrada y registro en el domicilio de Ciutat Vella donde residía y donde supuestamente se realizaban las agresiones. Durante el registro se localizó diverso material informático e indicios que le relacionaban actividades con menores.

El inmueble estaba destinado en parte al alquiler de habitaciones por internet, lo que le permitía justificar el tráfico de personas que acudían a su piso y facilitar el acceso a las víctimas.

De las conversaciones intervenidas, los investigadores constataron que el principal investigado mantenía contactos con otros depredadores sexuales con los que organizaba encuentros con los menores en su casa y durante los cuales los grababa con teléfono móvil y con cámaras ocultas que tenía instaladas en su casa .

AGRESIONES SEXUALES GRABADAS

El material recogido durante la entrada en el domicilio del investigado comportó el análisis de más de 200 Gb de material audiovisual y conversaciones. De toda esta cantidad de datos se filtraron 1.300 vídeos de Material de Explotación Sexual Infantil, de los cuales unos 250 fueron presuntamente registrados por el detenido entre 2016 y 2022. Se analizaron más de 2.000 conversaciones de las que se seleccionaron 120 por su contenido pedófilo.

Los agentes localizaron un hilo de conversación entre el autor principal y un desconocido durante seis años y en el que compartían toda su actividad criminal vinculada con la explotación sexual de menores de edad y contra la libertad sexual de éstos. En ese caso, su contenido permitió contabilizar referencias a 79 agresiones sexuales sobre menores de edad.

Así, las conversaciones pusieron de manifiesto que en el domicilio del investigado se ejercía la prostitución de menores y en ocasiones se grababan vídeos de las agresiones sexuales.

En una segunda fase de la investigación, a partir de estos hallazgos los investigadores de la DIC, tutelados por el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona que se hizo cargo de la instrucción de la causa, iniciaron la operación Damocles encaminada a la identificación y protección de las víctimas y la detención de los presuntos depredadores.

Lo hicieron a través del análisis de datos de los dispositivos intervenidos en el marco de la primera fase que permitió empezar a identificar al resto de hombres que participaban de las agresiones sexuales, algunas grupales. También afloró como los pederastas, siendo plenamente conscientes de la minoría de edad de las víctimas, acudían al domicilio después de acordar la práctica de sesiones de sexo grupal que eran propuestas por el principal investigado a través de diversas redes sociales y programas de mensajería instantánea. Algunas de estas agresiones eran grabadas en vídeo por los participantes.

El presunto organizador de los encuentros sexuales entre agresores y menores conocía y se aprovechaba de la situación psicosocial de vulnerabilidad de algunas de las víctimas para instrumentalizar estas relaciones y explotarlas sexualmente.

Los investigadores analizaron cada una de las conversaciones virtuales entre los investigados. Conversaciones de gran impacto emocional en las que los investigados hablan sin escrúpulos sobre su actividad criminal e intercambian pornografía infantil creando varios grupos de WhatsApp con menores de 16 años ( algunos ya identificados y otros no) por mantener relaciones sexuales grupales.

En esta segunda fase se realizaron 11 detenidos el pasado mes de abril, entre los que nuevamente se detuvo al principal investigado. Las detenciones se practicaron en diversas localidades Barcelona, ​​L’Hospitalet de Llobregat, Vilanova y la Geltrú, Badalona, ​​Sant Boi de Llobregat y Aranjuez, donde colaboró ​​el Cuerpo Nacional de Policía.

El pasado mes de mayo, en la tercera fase de la investigación, los Mossos identificaron a nuevos implicados en la trama y detuvieron a otros cinco hombres en Barcelona, ​​Badalona y Mollet del Vallès

PRODUCIR PORNOGRAFÍA INFANTIL

En el domicilio del principal investigado se ejercía la prostitución de menores, siempre controlada por éste, quien hacía la promoción de los menores -encargándose incluso de los reportajes fotográficos-, búsqueda de clientes, pactaba el precio, y facilitaba el escenario donde se llevaban a cabo estos delitos, que a su vez aprovechaba para grabar con cámaras ocultas.

En algunas de estas agresiones se sometía a las víctimas a prácticas sadomasoquistas, a prácticas sexuales grupales y en ningún caso les ofrecían medidas de profilaxis

Los depredadores sexuales investigados aprovechaban las necesidades económicas o psicosociales y las adicciones de algunas de las víctimas para ganarse su confianza y les compensaban con regalos, dinero o drogas y de esta forma intentaban generar un vínculo emocional con ellos para evitar que los denunciaran.