Podría parecer osado, pretender ni tan siquiera hacer una aproximación a tal extraordinario complejo fin en un contexto nebuloso y aciago, donde la principal dificultad, paradójicamente se explicaría tanto por su simpleza, como por una desubicación de los originales papeles de los diferentes actores políticos.
La derecha, tanto a nivel nacional o internacional se siente lógicamente más cómoda en las democracias liberales occidentales, por ser más conservadoras con el sistema productivo capitalista y con los principios y valores que impregnan las constituciones prueba de ello, es que el socialismo, ha pasado a ser simbólico en Francia, Italia…. Europa se encamina a coaliciones derecha y ultraderecha.
La izquierda por su parte, después de su inestimable papel en el S.XIX y XX, ha constatado que sus principales reivindicaciones, se han cumplido (derecho de huelga, sanidad, pleno estado del bienestar..), siendo asumido todo ese nuevo patrimonio por la casi generalidad de la derecha. Ello, unido a la caída del bloque comunista, trajo a su vez una crisis al bloque socialista, quienes giraron el timón hacia los nuevos vientos de la supuesta “igualdad” y sacar redito a los nuevos derechos fundamentales de las respectivas constituciones como nuevo filón para diferenciarse de los principios y valores típicamente más conservadores de la clásica derecha. Otra considerable parte de la izquierda, menos cerebral y consecuente con los principios universales de la izquierda, optaron por desenterrar viejos ideales como los “nacionalismos” como intentando recrear el sangriento S.XX, y que se observa en la actual confrontación y agresividad política de ambos bandos.
Ejemplo claro de esa complejidad de la izquierda y de esos dos caminos por los que han optado esas dos fracciones – apurar la igualdad y derechos fundamentales y el nacionalismo- con el consiguiente “populismo”, cuando no “esperpento” generado, se aprecia en especial en España, donde se está cuestionando lo obvio, básico y perenne, verdaderos pilares de Occidente: papel primordial de la familia, la religión, la seguridad jurídica, el estado democrático y hasta la propia unidad de España, con unos fines muy concretos que no son los generales: perpetuarse en el poder, acelerar un estado federal, beneficiarse de las ayudas europeas a fondo perdido etc.

Los derechos fundamentales, tienen “per se”, unos límites y unas limitaciones al no ser absolutos (incluso el derecho a la vida), que si no se respetan, degradan al mismo derecho que pretende defenderse. Así por ejemplo, la libertad de expresión, fue el “caballo de Troya” utilizado por los separatistas para pretender dar un golpe de fuerza por el patio trasero a la propia democracia que previamente se había instaurado. En otras palabras, los propios lobos, disfrazados de pastores, falazmente en “supuesto” nombre de todo el pueblo catalán (tratándolo en realidad como mero rebaño), cuando en realidad, no representaban ni a la mitad (que a día de hoy, no suman ni la mitad de esa original clientela que se siente lógicamente estafada), faltando a sus fundamentales obligaciones constitucionales de lealtad y servicio que venían obligados, -donde derivaba realmente su legitimidad- torticeramente pretendieron vender autentico crecepelo inexistente (derecho de autodeterminación, nada menos que en la 23ª mejor democracia internacional)
Ambas facciones, se empeñan además en gestionar el pasado en vez de la realidad presente para la que fueron elegidos, y lo más grave es que lo hacen distorsionando y pretendiendo alterar la Historia. En cuanto a los nacionalistas: Con obvia alteración dels paisos catalans, la guerra de sucesión dinástica, el supuesto acoso de Felipe V y en general la opresión de España.
En cuanto al gobierno y partidos que lo amparan: Confrontación y polarización de la población en cuanto a “genero”, algo ya implícito en derechos fundamentales obrantes en la Constitución (Art. 14 “igualdad”; Art. 24 “protección judicial de derechos”; u otros derechos que pretenden hacer fundamentales apurando simplemente la función social (art. 33 “derecho de propiedad”. Todo ello, incluso sin consultar a los afectados: caso del intento de erradicar la prostitución; prescindir de la patronal en reformas laborales; no consensuar en el tema de enseñanza…
Ejemplo claro es la Ley de la subjetiva memoria democrática, donde se prima a un bando, y el “efecto” (guerra civil) sin tan siquiera permitir cuestionar la “causa” (caos e ingobernabilidad imperante en especial en los primeros meses de 1936 sin contar con intentos de golpe de estado previos de la izquierda al a su vez gobierno legítimo de la derecha.
Ambos bandos, provisionalmente unidos, se caracterizan igualmente, por un lenguaje similar (hoja de ruta…); alergia al Poder Judicial al que quieren supeditar al legislativo y ejecutivo; unos no aplicar las sentencias (caso del castellano), otros modificarlas con grave agravio a los jueces (“proces” en el TS.), diluir graves delitos (sedición, malversación de caudales públicos con la excusa inexistente de una menor penalización en Europa, todo ello en contra de la “legalidad penal” del art. 25 CE. Intervenir el mercado libre del alquiler de la vivienda bajo la excusa de la función social y de los nefastos fondos buitres así como de los grandes tenedores (cuando son un porcentaje insignificante en el parque de viviendas), ocasionando verdadera inseguridad jurídica a los pequeños propietarios, que a su vez, ocasiona el efecto contrario elevando notoriamente los precios.
Al grito de que viene el lobo de la ultraderecha, parte de esos que nos consideran mero rebaño, nos preguntamos si tendremos un buen pastor, o realmente será precisamente el verdadero lobo, razón por la que optamos por salirnos de la manada al estilo Hermann Hesse, ahora precisamente que se está volviendo a abrir el cascaron, y se atisba el regreso de “Demian”, pues el humano, obvio es que caracteriza por ser el único animal, que tropieza dos veces con la misma piedra.
José Manuel Gómez