El Ayuntamiento de Montcada i Reixac, en coordinación con el Consorcio del Parque de la Serralada de Marina, han iniciado este lunes, 4 de marzo, una actuación para retirar todos los materiales y construcciones ilegales ubicadas en la “Pollancreda” de Sant Pere de Reixac, bosque de ribera junto al asentamiento de barracas en el Besòs. En la zona, con un total de 4 hectáreas de terreno, hay una veintena de parcelas, nadie vivía allí pero sí se ha contabilizado una decena de animales, entre perros y gallinas.

La operación ha comenzado a las 7 h, con la llegada de la maquinaria para derribar las construcciones, a cargo del ADF La Serralada. También intervienen la Policía Local y Mossos d’Esquadra; el cuerpo local ha inspeccionado la zona antes de la entrada de las retroexcavadoras, para comprobar que no hubiera nadie en la zona, y en coordinación con una protectora, se ha comprobado también que no había ningún animal. El consistorio ha llegado a un acuerdo con la empresa Tersa y todo lo que se retire de la zona se llevará al polígono la Ferreria –en el lugar estaba la incineradora, que cerró en el 2004– donde se hará la selección de los materiales.

“Hemos llegado hasta aquí; empezamos con el proceso para erradicar los asentamientos ilegales, que cada vez estaban proliferando más; en la zona de la “pollancreda” hace un año apenas había nada y en pocos meses se ha ocupado prácticamente toda la zona”, ha expresado el alcalde, Bartolo Egea, quien ha presenciado el inicio de la intervención sobre el terreno, acompañado del presidente del Área Territorial, Andreu Iruela; y del concejal de la Policía Local, David Zambrana. “Desde la Policía Local llevamos un control exhaustivo para que los asentamientos no crezcan”, ha indicado Zambrana. Para poder acceder a limpiar la zona, ha sido necesario un proceso administrativo para que el Ayuntamiento llegara a un acuerdo con la propiedad del terreno, para que diera el permiso para proceder con el operativo.

La pollancreda es un espacio singular que se estaba degradando de forma acelerada debido a los asentamientos. Se trata del último bosque de este tipo en el tramo final del Besòs, con un alto valor ecológico y que también actúa como conector biológico con la Serralada de Marina. Las construcciones ilegales han degradado la zona, pero se espera que con la limpieza y el hecho de que se trate de un espacio sombrío, la vegetación se regenere pronto. La retirada de los materiales es también importante desde el punto de vista de seguridad, ya que se minimiza los riesgos de propagación de un posible incendio.

“Esta es la primera de otras actuaciones que vendrán, no pararemos hasta que la zona esté limpia y es necesario que la Generalitat asuma sus competencias para erradicar el chabolismo en el Besòs y elaborar la hoja de ruta, no podemos esperar más” , ha expresado Iruela. El edil ha pedido celeridad para encontrar una solución a esta problemática, ya que se calcula que entre el río y la carretera de la Roca hay alrededor de 400 construcciones, entre ellas infraviviendas, huertos y actividades no reguladas.

El consistorio está a la espera de la elaboración de un plan de gestión para determinar qué acciones es necesario llevar a cabo en la zona, un plan en el que intervienen diferentes administraciones. El Consorcio del Besòs tiene el encargo de elaborar este proyecto, a instancias de la Comisión Técnica de gestión del barraquismo en el cauce del Besòs, formada por el Ayuntamiento y la Generalitat.