
El teletrabajo ha supuesto una auténtica revolución en nuestra forma de trabajar y de enfocar las relaciones laborales. A pesar de tratarse de un fenómeno relativamente nuevo y cuyo alcance estaba lejos de ser notorio hasta la llegada de la pandemia, el teletrabajo se ha destapado como una alternativa muy interesante tanto para trabajadores como para empresas. Sus ventajas (y también los retos que plantea) están marcando la forma que tienen ambas partes de la relación laboral de enfocar esta nueva realidad, pero lo que parece claro es que el peso de esta alternativa es cada vez mayor, y que se trata de una forma de operar que, ya sea más o menos paulatinamente, ha venido para quedarse.
Que el trabajo remoto pudiera estar tan generalizado y extendido como lo está en la actualidad parecía, hace tan solo unas décadas, algo impensable. Sin embargo, las circunstancias propiciadas por la situación sanitaria de los últimos tiempos han obligado a acelerar una transición hacia una enfoque más digital e informatizado de las relaciones laborales que, de producirse hasta entonces, lo hacía a un ritmo muy lento. La rápida (y obligada) transición ha provocado ciertos desequilibrios en las primeras fases del proceso, propiciando una adaptación en tiempo récord. Los retos que plantea un cambio de estas características son muy importantes, y afecta tanto a la estructura productiva y a los procesos de organización y gestión de las empresas, como a los propios trabajadores.
Pero las ventajas que ofrece este nuevo método de enfocar el trabajo también han empezado a ponerse de manifiesto. Se habla mucho de las posibilidades de flexibilidad y de autonomía que permite este nuevo sistema. Se habla mucho, en general, de las ventajas de este medio para el trabajador, pero no se habla tanto de lo que ofrece para la empresa. Pero esto no quiere decir que ofrezca poco. El teletrabajo se presenta como una oportunidad en muchos sentidos para las compañías que sepan ver su potencial.
En determinadas áreas de negocio y profesiones es posible realizar el trabajo de forma totalmente remota, es larga la lista de profesionales que pueden prestar sus servicios utilizando una VPN en Argentina o en México (por poner dos ejemplos) como si estuvieran en Terrasa.
Por eso, en términos de atracción de talento, el teletrabajo ofrece todo un filón para las empresas que busquen contratar a las personas más adecuadas para un puesto, y hacerlo en condiciones muy favorables. Y es que el teletrabajo abre la puerta a un mercado laboral enorme. Las empresas ya no estarán limitadas por cuestiones geográficas, sino que podrán acceder a un talento mundial, con lo que ello supone. Pero no solo eso, la contratación de este talento puede salir mucho más rentable, ya que habrá candidatos en lugares más económicos dispuestos a realizar sus tareas en unos términos mucho más ajustados para la empresa.
Esto, por supuesto, no será aplicable en todos los sectores, y habrá que tener en cuenta, en ciertas ocasiones, otro tipo de cuestiones como pueden ser las barreras culturales y lingüísticas que puedan aparecer. Sin embargo, se trata, sin duda, de una opción a explorar para muchos que puede traer grandes beneficios tanto en términos de productividad, eficiencia y creatividad, como también en términos económicos y de ahorro.