José Manuel Gómez

En la gestión del Covid, el Estado ha retornado las competencias a las CCAA., sin renunciar lógicamente al timón principal. Es una buena ocasión para ver como resuelven esas instituciones regionales, algunas de las cuales como Cataluña, con el Sr. Torra al frente, presumía de que: “si fuesen independientes, habría menos muertes”; mientras él, al estilo de matarife consumado, no permitía entrar al Ejercito a desinfectar residencias, y ponía mil trabas a los proyectados y lógicos hospitales de campaña, mientras a la par, raudo y veloz, subía el impuesto de sucesiones. Todo un augurio de la soñada y justa república proyectada.

  Es curiosa dicha aseveración en una persona, quien ahora dice, que el rebrote, también es culpa de Madrid. ¡Qué paranoica obsesión!, digna de consultar con un profesional de ramo. No es de extrañar, que no tenga ya la más mínima credibilidad, siendo un verdadero cadáver político ambulante, cuyo incierto cargo y oficio, pende como si la misma espada de Damocles fuera, ya no de un sólido crin de caballo, sino de una mera y pronta resolución del Tribunal Supremo.

  Lo que es cierto, es que una cosa es hacer de bufón de la Corte, y otra es coger el timón de navegación en una posible nueva tormenta,- pues ya se sabe que a toro pasado, todo es rabo-. Es decir, que los sueños, y fantasías morbosas suelen terminar al despertarse. Y digo fantasías, que para otros pudieran ser pesadillas, en cuyo caso, el despertar aún sería más grato.

  Lo anterior, viene a cuento, en que es delicado poner “derechos fundamentales” en manos de una persona que no tiene el más mínimo sentido de Estado, salvo para el imaginario  antisistema en que él habita (el carcomido romanticismo y sus novelas de caballería…). Son derechos fundamentales, por ejemplo: la integridad física –salud-, la libertad ideológica, de “deambulación”, la privacidad, intimidad, la igualdad,….; por lo que es preocupante, que alguien que no los respeta, y más bien atenta de forma permanentemente y visceral contra ellos, pues es obvio y notorio que su principal actividad, es dedicarse a continuar la clásica ilícita  actividad de los que están en prisión por atentar precisamente contra el “orden constitucional”, y confundir prerrogativas de mera gestión  de descentralización administrativa con competencias, supuestamente soberanas de un inexistente reino histórico con derecho incluso a una autodeterminación, cuando es obvio qué ni en derecho nacional, ni internacional existe tal prerrogativa  excepcional, diseñada por la ONU exclusivamente para la descolonización en su día; Ilícita actividad, calificada por la Fiscalía de “organización criminal”, que pone en peligro la misma seguridad jurídica y la paz social. La pregunta sería: ¿Qué es lo que no entendieron en las clases de colegio?. Supongo, ¡ harían campana!.

  Pues bien, lo preocupante, es que el derecho fundamental de “deambulación” y nuestra libertad en definitiva,  penda a su vez del hilo de un tirano, es decir, aquel que accede al poder de forma legal, pero abusa ilegalmente del mismo según las teorías políticas de Maquiavelo, y que persiste en realizar una hoja de ruta ya perfectamente reflejada por las Partidas de Alfonso X, “El Sabio”: dividir al pueblo, enfrentarlo, empobrecerlo”; locura totalitaria que hasta el momento presente, solo ha conseguido “privar de libertad” de los previos también temerarios aventureros, más un olímpico ridículo internacional -pese a los cientos de millones destinados ilegalmente a tal delictivo fin (malversación de caudales públicos pendiente aún de depurarse judicialmente)-. Ya lo decía lacónicamente el honorable Tarradellas: “En política cabe todo, menos hacer el ridículo”.

  El rebrote de Lérida, fue “la crónica de una falta de gestión anunciada”, en unas contradicciones y decisiones políticas caóticas, ilógicas, y que algunos observadores, incluso han insinuado “intencionalidad” de que ello ocurriese, para después esgrimir un “yo ahora, ordeno y mando” (en línea de aquel otro político que presumía que “la calle era suya”,- y que estos que dicen ser los únicos y auténticos  demócratas,  tachan de fascista-.

  Mascarillas para todos, sin importar la distancia de seguridad, ni el contexto, es decir hasta paseando solo por el campo, no vaya a ser que contagiemos la flora y la fauna local. ¿Qué similitud tiene esa zona concreta de Lérida, respecto a poblaciones exentas totalmente de virus?

Las decisiones administrativas, deben ser “racionales y razonables”, para aunar la lógica jurídica a la humana, lo contrario, es arbitrariedad, incluso prevaricación, aunque particularmente creo es más grave y busca como gallo de pelea,  un enésimo nuevo conflicto con el Estado central con fines de crear más tensión, excitar en definitiva a un pueblo ya cansado de tanta manipulación, pueblo donde más de la mitad de población no comparte ese constante sonido de meras “campanas de tractoria”  y que un día, antes o después dirá basta a esos que padecen un auténtico  “síndrome emperador” por no saber asumir la norma mínima de conducta,  y dejará aún más claro si cabe, lo que toca y corresponde asumir como demócratas adultos.

    En definitiva, nos tememos un futuro poco prometedor conociendo el mal pastor, pues de una crisis sanitaria que afecta a una comarca, – originada en gran medida por su propia mala gestión-, no puede hacerla extensiva a toda la población de siete millones y medio de habitantes donde no afecta el rebrote; a los que obliga aun así, a generalizar la mascarilla, ¿simple verdad? Pues a ver quién se lo explica al “supremo timonel” en prácticas;  y a su vez, a ver como él mismo se lo vende al sector turístico catalán, ahora que “suplica” vengan los que antes consideraba tarados del ADN, pues también vendrán obligados a llevar el “bozal” para asombro de todo el  ya sorprendido género perruno. ¿Será la democratización animal como cúspide de esa especial democracia republicana que anhela y obcecadamente persigue contra todo viento y marea?; ¿ Una variante tal vez de Rebelión en la Granja?.

  Acuérdense, en su día, soñaba cerrar y aislar a cal y canto a toda Cataluña respecto a España, la pregunta sería ahora: “¿nos dejará el profe salir a disfrutar el gran y placido patio patrio de España si fallan “los otros”, o sufriremos sus sueños, iras y fantasías, y nos castigara contra su palestra tractoriana el tío de la bara?.

  Dejo descansar la pluma, no así la preocupación pues quien sabe, si en esa mente tan especialmente amueblada del personaje, no seamos su plan “B” del tan necesario turismo, sabedor que no vendrán sus “ahora” añoradas hienas para no ver: la ruta de los  lacitos (que nada tiene que ver con la de la marchosa ruta del bacalao de los 80), extrañas estelares banderas, AMI, ANC, Ómnium,TV3,  hoteles que expulsaron a la policía, cortes de carreteras………

 Aun así, vamos a ser angelicales y benévolos por una vez, y dar el beneficio de la duda, como si fuéramos el auténtico Abogado del diablo y pensar que obra con buena fe. El resultado, aún sería más desastroso y negativo, pues indicaría: inexperiencia, actuar dubitativo, temblor de piernas y pulso si lo comparamos con la actuación profesional de otros presidentes autonómicos: acotación de zona, observación, seguimiento personalizado, rastreadores, prevención…. Conclusión: No estaría  capacitado, pues como todos populistas, solo sirven para “facer” entuertos, nunca para “desfacerlos”. Algo similar a los dirigentes del Brexit, políticos que dejan la cabeza en casa, para caminar más livianos, gentes sin escrúpulos que dirigen a manadas aborregadas sin memoria.

José Manuel Gómez