Desde el pasado mes de abril las aguas fecales que llegan a la Estación Depuradora de Granollers se están utilizando para controlar la evolución de la epidemia de Covid-19. Las aguas que entran en la depuradora, que proceden de Granollers, Canovelles y Les Franqueses, se recogen cada martes y se envían a un laboratorio de Valencia para su análisis genético.

El Consorcio Besòs Tordera colabora con FACSA (empresa adjudicataria de la explotación de la EDAR Granollers) en este proyecto de detección de SARS-CoV-2 con el objetivo de conseguir una herramienta informativa de apoyo a las decisiones que adoptan las autoridades sanitarias.

El estudio se está llevando a cabo en el sistema de saneamiento Granollers, entre otros, que trata las aguas de los municipios de Canovelles, Les Franqueses y Granollers, mediante la técnica de detección PCR. Los diferentes puntos de muestreo dentro de la misma depuradora, así como la comparación de resultados entre las diferentes depuradoras que participan en el estudio, permitirá conocer el comportamiento de los restos de material genético a lo largo del tratamiento del agua residual, así como relacionar los resultados con el proceso de desescalada.

El estudio ha intentado desde su comienzo que la detección de la presencia de material genético del virus en aguas residuales tuviera como eje principal la obtención de datos, que junto con otro tipo de información (poblacional, epidemiológica …) permitan anticipar la detección de posibles reinfecciones de la población para Covid-19.

«Así pues, una de las finalidades es la de trabajar en la elaboración de una herramienta de detección temprana que puede ser muy útil para detectar rebrotes de infección del SARS-CoV-2», explican desde el Consorci Besòs Tordera.

En este sentido, en fases posteriores del proyecto se prevé colaborar con otras administraciones públicas con el fin de obtener una base de datos de afección de la población. De esta manera se espera encontrar las variables demográficas y ambientales que puedan estar relacionadas con la presencia del virus en aguas residuales. Esta herramienta pretende ayudar a conocer de manera indirecta el grado de influencia de la pandemia en la población, independientemente de la manifestación o no de síntomas.

Nuria Zamorano, técnica de investigación de la empresa FACSA, explicaba en un reportaje ofrecido por TV3 que la monitorización de las aguas fecales de toda la población permite hacer un seguimiento en tiempo real de la epidemia. «Observamos como la presencia del virus en el agua ha ido decayendo a medida que ha bajado la enfermedad», explicaba.