
No me tengas si no quieres
que yo lo comprenderé;
pero si quieres tenerme
yo te lo agradeceré
y sin pedir nada a cambio,
seré tu canelo fiel.
Yo cuidaré de tu casa
tan sólo por tu cariño;
protegeré tu persona
porque ese es mi destino;
seré esclavo de tu vida
y también de tus caprichos.
Pero escúchame bien, amigo:
si barruntas en tu mente
abandonarme a mi suerte
en algún viejo camino;
no te duela que te diga,
que habrás sido mi asesino.
No olvides que soy un perro:
el mejor de tus amigos;
que tú eres mi propietario
y que tuyo es mi destino.
Pórtate como un buen amo:
¡por favor yo te lo pido!
Francisco Barbachano