La B-500 actual registra accidentes con frecuencia. Foto: PC Sant Fost
La B-500 actual registra accidentes con frecuencia. Foto: PC Sant Fost

La nueva B-500, la autovía prevista para unir Mollet con Badalona, pasando por Sant Fost y Tiana, duerme el sueño de los justos. Y parece que seguirá haciéndolo durante mucho tiempo. La razón es que no hay dinero para ejecutar esta obra que incluye un túnel de 3’4 quilómetros para atravesar la Conrreria. Y tampoco lo habrá por el momento. El año pasado, según se ha sabido ahora a partir de una respuesta parlamentaria del Conseller d’Economia y Hacienda, Oriol Junqueras, la Generalitat remitió seis proyectos público-privados al Banco Europeo de Inversiones (BEI) con el fin de obtener financiación del plan Juncker, con el que la Comisión Europea busca estimular las inversiones y el crecimiento económico.

De estos seis, uno, el túnel de la B-500 con una fórmula de vía de peaje y cuyo coste se calculaba en 371,6 millones, ha sido desestimado por el BEI con el argumento de que el plan Juncker sólo aportará financiación a carreteras que formen parte de la red transeuropea de transporte, algo que no encaja con la B-500.

La autovía B-500, una de las infraestructuras consideradas claves en el Pacte Nacional d’Infraestructures, está parada desde el año 2007. La obra está diseñada con un doble túnel de unos tres kilómetros de longitud para salvar la montaña de la Conrería y un viaducto desde el río Besòs hasta el enlace de la carretera de la Roca del Vallès. La carretera dispondrá de cuatro carriles, dos por cada sentido de la circulación, y evitará el impacto ambiental en Tiana, la Cartuja de Santa Maria de Montalegre y las urbanizaciones de Sant Fost de Campsentelles.

La autovía tiene como objetivo mejorar la movilidad entre el Vallès, el Maresme y Barcelona ya que la B-500 transcurrirá entre la B-20 en Badalona y la autopista AP-7 en Mollet. El trazado tendrá dos corredores, uno situado más al norte y que se iniciará en el cruce entre la B-20 y la B-500 actual, y el otro al sur, que partirá de la intersección entre la B-20 y la carretera de Pomar. Habrá conexión con la B-20 en Sant Fost de Campsentelles y con la carretera de la Roca (BV-5001), para acabar en la carretera C-59, en la conexión entre la C-33 y la C-17 en Mollet del Vallès. La futura autovía tendrá una longitud de diez kilómetros, de los cuales 7,5 serán de nueva construcción y los 2,5 restantes serán la actual carretera mejorada.