
El curso pasado, la Comisión de Prevención y Tratamiento del Absentismo Escolar (COPAG) de Granollers hizo seguimiento de 51 casos de absentismo grave -la mayoría de los cuales, en secundaria-, y se habló con 13 familias. Por primera vez se pusieron en marcha métodos más coactivos: sanciones y trabajos comunitarios. Ello hizo que se iniciaran 9 procedimientos sancionadores (con multas de entre 300 y 1.500 euros) y 2 alumnos hicieron servicios compensatorios en beneficio de la comunidad. Estas son algunos de los datos de la memoria del curso 2014/15 que se dieron a conocer en la última reunión con los equipos directivos de los centros granollerenses de primaria y secundaria públicos y concertados, celebrada a finales de enero con la asistencia de medio centenar de personas, los concejales municipales de los servicios implicados, los inspectores de Enseñanza, técnicos del EAP (Equipo de Asesoramiento Pedagógico) y de Servicios Sociales, y los miembros de la COPAG.
Las escuelas e institutos de Granollers tienen 7.139 alumnos matriculados, que cursan entre 1º de primaria y 4º de ESO. Para abordar los casos de absentismo escolar en este importante colectivo e intentar encontrar una solución, el consistorio ya hace muchos años que impulsa diversas actuaciones. De entrada, los primeros en actuar son el propio centro educativo, su comisión social y los técnicos de los Servicios Sociales municipales. En esta primera fase se cita a las familias, se pide la justificación de las faltas y se marca un plan de trabajo. Cuando el plan no tiene los resultados esperados y el chico o chica siguen faltando a clase sin justificación, el caso se deriva a la COPAG, integrada por dos técnicos de Educación y Servicios Sociales del Ayuntamiento, uno del EAP, uno de la policía local y el inspector de Enseñanza. Esta comisión se entrevista con la familia, abre un expediente de absentismo, informa de la normativa y llega a unos pactos de retorno y aprovechamiento del curso, que, en caso de no cumplirse, derivan en un expediente sancionador, que siempre es el último recurso.
El curso pasado, según informa el Ayuntamiento de Granollers, la revisión del protocolo de absentismo del Ayuntamiento incorporó dos medidas “que han aumentado la efectividad”. Por un lado, están las medidas educativas correctoras, que se aplican a los alumnos mayores, como responsables directos del absentismo; son de tipo voluntario y el curso pasado se aplicaron en el caso de dos alumnos que hicieron 60 horas de trabajos en beneficio de la comunidad. En uno de los dos casos, la medida fracasó y hubo que aplicar la segunda novedad que incorpora el protocolo: una sanción económica.