El Gestor de infraestructuras ferroviarias del Ministerio de Fomento (ADIF) ha comenzado obras en los sectores de Can Colet y de Can Borrell para minimizar el impacto ambiental del paso del Tren de Alta Velocidad (AVE). Según ha señalado el Ayuntamiento de La Roca estas obras se enmarcan dentro de las correcciones ambientales señaladas en el estudio de impacto ambiental de la obra. Se trata de obras que se tenían que haber ejecutado en 2011, cuando se puso en servicio el AVE. Comienzan, pues, con 4 años de retraso.
En el caso de Can Colet, se habían pactado actuaciones al final de los viales del sector Oeste (antigua UA-17), formando un límite urbano entre la zona residencial y la traza del AVE.
Las obras consisten en la formación de unas rotondas de regreso en las calles que actualmente terminan en «callejón sin salida», Cingles de Bertí, Tagamanent y Bonaigua, con el fin de facilitar a los vehículos el giro de retorno en estas calles sin salida.
Asimismo, se ajardina la zona verde del final de la calle Bonaigua, y todo el espacio comprendido entre la zona residencial y la traza del AVE, de tal manera que se pueda formar un cojín acústico de tipo vegetal que absorba y minimice el impacto sonoro del paso de los convoyes.
Las tres rotondas quedarán enlazadas por un itinerario para peatones, que sigue los rastros de servicios ya ejecutadas durante las obras de implantación del tren.
También se dará continuidad a la calle Matagalls de Can Colet, enlazándose con la calle Collformic de Can Borrell.
En el caso de Can Borrell se solucionará la problemática de las continuas bajadas de arena y barro sobre la entrada noroeste a través de la calle Collformic, una vez quede pavimentado este nuevo vial de enlace, y recogidas y conducidas las aguas pluviales.
Las obras, que afectan a los municipios de Montornés del Vallès, Vilanova del Vallès y La Roca del Vallès empezaron en el mes de marzo y tienen una duración prevista de 10 meses.
Aunque ahora han llegado a Can Colet-Can Borrell, en el municipio de La Roca también afectan a varios caminos, vertederos provisionales de obra y tratamiento de taludes.
Las obras de reducción de impacto ambiental en estos municipios tienen un coste de 2’9 millones de euros.