El Ayuntamiento de Montmeló y la Diputación de Barcelona, actual titular de la carretera BV-5003, han cerrado el convenio para la cesión del tramo urbano de esta vía, según ha informado el Ayuntamiento de Montmeló. Este tramo, que incluye las calles Pompeu Fabra y Vic, es el que va desde la rotonda de entrada al municipio, en la salida del puente del río Besòs, hasta la rotonda de la Ronda del Pedregar, bajo el puente de la autopista AP7.
Mediente este convenio, la Diputación se obliga a invertir 1 millón de euros en la mejora de esta infraestructura. Por su parte el Ayuntamiento de Montmeló, como nuevo titular, tendrá que hacerse cargo de su mantenimiento. Actualmente el Ayuntamiento dada la naturaleza urbana del tramo ya se hacía cargo del servicio de limpieza y mantenimiento de las aceras, arbolado, entre otras cuestiones.
El traspaso de titularidad permitirá ahora afrontar la reforma urbana de la parte central de la carretera, concretamente en el tramo de la carretera que va desde la calle del Dr. Ferran hasta la entrada del municipio, por las piscinas municipales.
Fruto del acuerdo inicial, la Diputación de Barcelona ya encargó al equipo de arquitectos JornetLlopPastor la redacción del proyecto de transformación de este tramo.
Esta actuación se haría en dos fases, la primera, de la que ya está redactado el proyecto, comprende la transformación del tramo que va desde la calle del Dr. Ferran en el antiguo puente de Cercanías, en esta fase también se intervendrá en el primer tramo de la calle de Timbaler del Bruc y de la calle de Vic y en la plaza de la Vila. Se calcula que las obras de este primer tramo podrían ponerse en marcha el próximo mes de junio.
La segunda fase, aún en proceso de redacción del proyecto, comprenderá la transformación de la calle Pompeu Fabra, desde el puente de Cercanías hasta las piscinas municipales, intervendrá también en la plaza de la iglesia, la calle de Santa María, calle de Santiago Rusiñol y plaza de San Isidre.
“Este traspaso- explican desde el Ayuntamiento- también supone eliminar la dificultad histórica en cuanto a la gestión de la vía, dado que para cada actuación que se quería hacer se debía solicitar permiso al Servicio de Carreteras de la DIBA con la ralentización que esto suponía”.
El Plan de Movilidad redactado en paralelo con el Plan de Ordenación Urbanística Municipal ya proponía una pacificación de esta vía, priorizando las personas y el transporte público.