La contaminación por partículas del aire en el área metropolitana de Barcelona supera los límites máximos permitidos por la Unión Europea en dos puntos: Granollers y el Prat de Llobregat. Así lo admiten desde la Generalitat. Se trata de un fenómeno «puntual», que se produce sólo «algunos días» del año. El fenómeno de que las estaciones de Granollers detecten niveles superiores a los admisibles de partículas PM10 se produce y ha sido denunciado desde hace años.
Las partículas PM10 o micropartículas son elementos en suspensión en el aire cuyo diámetro es menor que 10 micras. Su composición es diversa y puede estar formada por cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen.
Europa establece como valor límite diario para la protección de la salud humana el límite de 50 micras/m3 de PM10 que no podrán superarse en más de 7 ocasiones por año. En la estación de Granollers, ubicada en la calle Francesc Macià, 145, los niveles se superan varias veces al año. En un estudio realizado entre los años 2000 y 2007, se decía incluso que estos niveles se superaban hasta 35 veces al año. Hoy, pero, no son tantas.
Los niveles ce contaminación por micropartículas por encima de lo autorizado son admitidos este domingo en La Vanguardia por el secretario general de Medi Ambient de la Generalitat, Josep Enric Llebot. La razón es que su presencia lo coloca en un grave problema. En diciembre expira el ultimátum impuesto por Bruselas tras haber detectado al menos durante ocho años en el Vallès y el Baix Llobregat «niveles insalubres» de polvo fino, que puede provocar problemas cardiovasculares, cáncer de pulmón y, incluso, muerte prematura y ahora amenazan con denunciar La Generalitat ante el Tribunal de Luxemburgo
La Generalitat quita hierro y responde a la Comisión Europea que actualmente esta contaminación «no es un problema global a nivel de toda Catalunya ni de toda el área metropolitana sino un problema puntual». Según Llebot, el incumplimiento no es «ni siquiera en las medias anuales, sino que sólo algunos días que se superan» los máximos que fija la legislación europea. Y únicamente afecta a dos localidades y, en el caso del Prat de Llobregat, por culpa «de actividades puntuales».
En el caso de Granollers, «aún no está claro» por qué se sobrepasan los límites autorizados, «si es por unas emisiones puntuales domésticas o está relacionado con el tráfico», admite Llebot. «Pero es un problema puntual, es Granollers y no en Cardedeu ni Hostalric, ni tampoco es todo el año», insiste.
El secretario general de Medio Ambiente espera que estas explicaciones satisfagan el Ejecutivo comunitario para que no lo denuncie ni pida al Tribunal de Luxemburgo la imposición de una multa. «Daremos explicaciones reales y convincentes, sin engañar, que realmente no es un problema que obligue a la UE a actuar», afirma. De la interlocución con la Comisión Europea se ocupa el gobierno español.
En su dictamen motivado (paso previo a denunciarlo al Tribunal de Justicia de la UE) del pasado 16 de octubre, Bruselas alertó de que «no se está protegiendo a los ciudadanos de la contaminación por partículas PM10», que superar el máximo autorizado «desde 2005 hasta 2012 como mínimo» en el Vallès y el Baix Llobregat. «Este es el último aviso de la Comisión, si las autoridades españolas no adoptan las medidas necesarias para cumplir con la legislación europea en un plazo de dos meses, la llevaremos al Tribunal Europeo», avisaron entonces fuentes comunitarias.
La Comisión Europea ya denegó una prórroga que había pedido Catalunya, por haber incumplido todos los plazos obligatorios y porque su plan de descontaminación (aprobado en 2007 con tres años de retraso) es insuficiente para garantizar que la concentración de estas partículas no supera los límites máximos autorizados.