Diábolo
El portavoz del Govern de la Generalitat, Francesc Homs, es tan de fiar como un billete de 6’5 euros con el rostro de Jordi Pujol impreso en el anverso. Al menos en cuanto a sus declaraciones públicas. No creo que el gremio de portavoces de gobiernos sea el colectivo más fiable del universo, pero nuestro Kiko Homs debe ser el único representante de un gobierno en el mundo en el que hay días en que la propaganda supera la información. Una propaganda, torpe, de trazo grueso y que a veces reviste tonos surrealistas. Hay que tener cara de cemento armado para soltar perlas como que “Será el fin de Europa si no reconoce una Cataluña independiente” o para salir a desmentir la enésima declaración de algún representante de la Unión Europea diciendo que una Catalunya independiente se quedaría automáticamente fuera.
Hay días, pero que parece que Homs más que dejarnos alguna de sus perlas propagandísticas, lo que hace es cachondearse de todo el mundo. Resulta sorprendente oírle decir, en relación a la suspensión por parte del Tribunal Constitucional del “proceso participativo”, que “no se puede anular lo que no existe”. Si no existe, Sr. Homs, ¿Qué narices es toda esa propaganda que vemos incesantemente en TV3? ¿Por qué Governació va trasladando urnas por escuelas e institutos? ¿Por qué todas esas comunicaciones con ayuntamientos y voluntarios para organizar lo que no existe? ¿Para qué una previsión extraordinario de despliegue de Mossos para el domingo? ¿Por qué quieren protestar internacionalmente si el Gobierno anula algo que no existe?
Es evidente que intenta tomarnos el pelo. Sí es así, los catalanes tenemos un grave problema. No nos merecemos a alguien que nos mienta y además se nos ría en la cara.
