El histórico balneario Termes La Garriga cerrará definitivamente sus puertas este mismo viernes. Así lo comunicó a mediados de agosto la dirección del grupo Peralada, propietario del establecimiento, a los representantes de la plantilla. Una notificación precedida por un acuerdo en el que ambas partes aceptaban el cierre a cambio de indemnizaciones acordes con lo que dicta la Reforma Laboral y la posibilidad de recolocar a la treintena de empleados afectados en otros establecimientos del grupo –entre los que se encuentran espacios tan emblemáticos como el castillo de Peralada, en el Alt Empordà, además de casinos como los de Barcelona, Tarragona o Peralada-.
De esta manera, Termes La Garriga cerraba sus puertas al público el pasado 15 de agosto, fecha en que sus últimos clientes abandonaron las instalaciones –todas las reservas posteriores a dicha fecha habían sido anuladas con anterioridad-. No obstante, tal y como fijaba el mencionado acuerdo, los empleados han permanecido en sus puestos de trabajo durante lo que quedaba de mes para llevar a cabo tareas de carácter administrativo.
El grupo Peralada comunicó a mediados de julio su intención de cerrar Termes La Garriga debido al descenso de la facturación registrado a lo largo de los últimos ejercicios –no tanto en las ramas de hotelería y restauración como en la actividad propiamente balnearia-. El régimen administrativo bajo el cual operan los balnearios hace muy complicada su reconversión en otro tipo de establecimiento, lo que desde el principio hizo muy poco viable su venta a una tercera empresa. Por este mismo motivo, el futuro de este histórico y céntrico edificio es ahora mismo una incógnita.
Construido durante la segunda mitad del siglo XIX y con un total de 22 habitaciones, el balneario fue adquirido en 1943 por la familia Jubany. Se iniciaba entonces una etapa de esplendor en la que, bajo el nombre de Termas Victoria, el establecimiento sería un referente de su sector en toda Catalunya durante buena parte del siglo XX. No obstante, aquel negocio también iría a la baja y acabaría cerrando sus puertas hasta su adquisición por parte del grupo Peralada en 1992. Se iniciaba entonces una nueva etapa con una profunda remodelación de las instalaciones y la denominación de Termes La Garriga. Una etapa que finaliza dos décadas más tarde.