
JORDI ABAYÀ
Hay, sin duda, diferentes soluciones a la hora de afrontar el problema que para los Ayuntamientos comporta la reducción de la aportación de la Generalitat a las guarderías municipales que ha ido paralela a la caída de las matrículas en estos centros. La mayoría de municipios apuestan por un importante aumento de las cuotas a las familias y por el despido de profesionales – educadoras y otro personal – que ya no son necesarios. Canovelles, no. El Ayuntamiento de Canovelles, según ha anunciado esta semana su alcalde, José Orive, no despedirá personal ni ha optado por subidas en las cuotas mensuales entre el 20 y el 30%. Al contrario, el aumento no llega ni al 10%. Eso teniendo en cuenta que puede que las familias de Canovelles sean, de todas las de la comarca, las que más barato les sale la educación de 0 a 3 años. Ahora pagaban 137 euros y ahora la cuota mensual se quedará en 149 euros. No se trata de un milagro, sino de una decisión política. Al Ayuntamiento de Canovelles, igual que a todos los demás, la Generalitat les ha rebajado la aportación anual por plaza hasta los 875 euros. Ahora el Ayuntamiento deberá poner más dinero de sus propios presupuestos. Calculan, ahora mismo, que el Ayuntamiento de Canovelles ya asume el 55% del coste de cada plaza. Las dos guarderías públicas de la localidad, la Sant Jordi y la Marta Mata, son pues más municipales que nunca.
El próximo curso 2012-2013 esta implicación municipal además quedará demostrada doblemente. Los dos centros públicos de 0 a 3 años tienen una capacidad para 200 niños, pero la previsión es que únicamente haya 157. La caída en las matriculaciones – por la crisis económica, pero también por la reducción de la natalidad – obligará a cerrar tres aulas enteras. El Ayuntamiento calcula que con este número de matriculaciones, y pese a mantener las ratios por aula, le “sobran” 5 maestras y una cocinera. No las despedirá, según ha anunciado, sino que las reubicará “en otros servicios educativos municipales, previo consenso con las personas afectadas”. “No nos podemos permitir renunciar a la educación pública de calidad”, comenta el alcalde, José Orive. “La educación pública no puede acabar siendo asistencial como la generalitat pretende y por este motivo pondremos todos nuestros recursos municipales para no dejar perderla”, enfatiza.