JORDI ABAYÀ
La Asociación y Fundación Associació de Pares i Adults amb Discapacitats (APADIS), con sede en Les Franqueses del Vallès, atraviesa por una difícil situación a causa de las deudas que mantienen con ella diferentes departamentos de la Generalitat de Catalunya. Los problemas llegaron a un punto crítico el pasado mes de octubre y se han mantenido hasta el primer mes del año, pero ahora han mejorado un poco. Hace unos días la Generalitat les pagó 24.000 de los 78.000 euros que tenía pendientes para hacer frente a diversos servicios que se prestan. La soga que los mantenía ahogados, se ha aflojado.
84 FAMILIAS
Sin embargo, el futuro de la Asociación y la Fundación, que presta su servicio a un total de 84 familias – 40 de ellas de Granollers y el resto de otras poblaciones de la comarca-, aún no está resuelto. En las últimas semanas los miembros del patronato han recorrido todos los despachos posibles con el objetivo de que se les señalara un calendario claro de pagos de las deudas y no lo han conseguido. “Lo que queremos – explica Rosa Blancafort, miembro del patronato de APADIS – es que se reconozca la labor que hacemos y no se nos ahogue de esta manera”.
Los problemas provocados por la deuda de la administración catalana – APADIS recibe por su trabajo aportaciones de los Departaments de Treball, Benestar i Família i, en menor medida, Educación –, arrancaron ya el verano pasado. En octubre, la Fundación convocó a las familias a una reunión general en la que para hacer frente a la situación, se decidió aumentar la cuota hasta los 100 euros mensuales y reducir algunos de los servicios que se prestaban. Concretamente, se han mantenido las actividades de inserción laboral de las mañanas, pero en cambio se optó por reducir en tres días los programas que se realizaban por la tarde. La Generalitat cubre con sus aportaciones los cursos de formación, pero por el contrario no contempla ayudas para otras cuestiones como el apoyo y el acompañamiento que los discapacitados necesitan durante su incorporación al mundo laboral. Una cuestión que desde la entidad consideran fundamental porque ayuda tanto a los jóvenes como a las empresas.
La reducción de actividad obligó a la entidad a despedir algunos de sus monitores. “Hemos reducido todos los gastos posibles y nos hemos quedado en mínimos”, explica la miembro del Patronato. Durante este tiempo la ausencia de medios ha intentando ser suplida con esfuerzos de las familias – algunas de ellas han adelantado dinero de su bolsillo para poder hacer frente a los gastos más urgentes – y también de los profesionales que trabajan para la entidad. Los monitores de ocio, por ejemplo, tuvieron que aguantar retrasos de varios meses. Incluso, cuando se planteó la posibilidad de despedir algunos de ellos, los demás prefirieron que continuaran y repartirse los salarios entre todos. “Son chicos que están formados e implicados con el proyecto e interesa que se mantenga estable el grupo”, explica Blancafort, reconociendo este importante esfuerzo. La cuestión del aumento de las cuotas tampoco ha sido en balde y ha provocado que se produzcan algunas bajas. “Las familias están muy presionadas y algunas de ellas ya no pueden hacer frente a los aumentos”, comenta.
La entidad, desde su nacimiento en 1994, fruto del esfuerzo de un grupo de padres que querían asegurar un mejor futuro para sus hijos discapacitados, no ha parado de crecer y aumentar en servicios a lo largo de los años. Y, explican, tenían muchos proyectos para el futuro. “Ahora, con esta situación, lo que nos planteamos es poder mantener lo que tenemos y no retroceder a situaciones de hace quince años. Tenemos que seguir”.
Durante las últimas semanas en las que se han prodigado encuentros con la Generalitat, los miembros de APADIS también han visitado diferentes ayuntamientos y el Consell Comarcal. “Nos hemos sentido acompañados”, comenta. Los ayuntamientos no tienen recursos para ellos, pero sí en cambio les han dado su apoyo. Desde APADIS lo agradecen: “Saben que lo que hacemos es justo y no puede perderse”.