Reflexionando en voz alta: ¿qué puede el poeta amigos dejar en su testamento, más que amor y sentimientos que verso a verso ha engendrado a lo largo de los tiempos?
Bienes inmateriales que acaso al alma consuele; aunque ese capital en los bancos nunca rente; que del alivio de almas nunca los bancos entienden.
Son versos para el mañana cuando el poeta haya muerto, y algún rapsoda los lea en homenaje postrero; haciendo uso de ellos en honor al testamento.
Odas que placenteras cantarán a cien eventos: elegías y romances, soleares y sonetos, dejando volar el alma entre estrofas y entre versos.