
El PACMA ha pedido a la Conselleria de Interior que abra una investigación sobre la actuación de los Mossos d’Esquadra que abatieron un jabalí en plena vía pública en Granollers, en una intervención que la policía catalana afirma que llevó a cabo ante el riesgo potencial para peatones y conductores.
Los hechos ocurrieron el pasado 23 de enero, cuando los Mossos abatieron a un jabalí, tras intentar sin éxito entre las 15 y las 20 horas sacarlo de la zona urbana, entre Les Franqueses del Vallès y Granollers, y devolverlo a la zona boscosa, por lo que, ante el riesgo potencial para los peatones y conductores, lo sacrificaron en una zona segura, según explicaron fuentes policiales. Este fue el espacio que está junto al CAP de la calle Girona.
En un comunicado, el PACMA ha denunciado que esta actuación, «en una zona concurrida y sin que el animal mostrara agresividad», supone una «grave negligencia» y una vulneración de la normativa de protección animal y uso de armas reglamentarias por parte de la policía catalana.
Por este motivo, ha pedido a Interior que abra una investigación, identifique a los agentes responsables y se les incoe un expediente sancionador, así como que se implanten protocolos para la «gestión ética de la fauna urbana», dando prioridad al uso de métodos no letales y que eviten el «sufrimiento innecesario de los animales» y no pongan en riesgo a la ciudadanía.
Según detalla el PACMA, el jabalí estaba visiblemente desorientado y acorralado contra una pared cuando un agente de los Mossos efectuó cuatro disparos con un fusil, en una zona entre la calle Girona y la travesía Francisco de Pizarro.
Tras recibir los cuatro disparos, el jabalí huyó herido por la vía pública, cruzando una calle en la que había numerosos peatones, según el PACMA, hasta que los agentes bloquearon la calle con sus vehículos y volvieron a tirotear al animal, que quedó agonizando en el suelo.
Los Mossos d’Esquadra explicaron que actuaron a petición de la policía local de Les Franqueses, al localizar un jabalí en la vía pública, y que intentaron sin éxito alejarlo de la zona urbana durante cinco horas.
Ante el riesgo potencial para peatones y conductores, los Mossos decidieron sacrificar al animal, cuando estaba en una zona segura, ante la imposibilidad de activar ningún otro servicio.