El hombre nace poeta
y escribe su primer verso
cuando con su primer llanto
dice a su madre, ¡te quiero!;
que es una rima de amor,
que impulsa sus sentimientos.
El hombre crece, y poeta,
dedica su estrofa en verso
a aquella niña callada
que va a su mismo colegio,
con una trenza dorada
y sus ojos color negro.
El hombre nace poeta
y se sumerge en sus versos:
su primer verso es el llanto
y el llanto, su último verso;
versos colmados de amor
de formatos muy diversos.
La oda saluda a la vida
y la elegía, a los muertos.
Amores de extremo a extremo
que convergen entre ellos.
El hombre nace poeta
y habla de amor con sus versos.
Francisco Barbachano