Francisco Barbachano
El último día de enero
del año noventa y cuatro,
fue un día qué, por funesto, 
se ensañó con el “Bel canto”;
ya que el despiadado fuego
enmudeció el santuario.

Gran Teatro del Liceo
de Barcelona emblemático.
Santuario de la voz
por el mundo respetado;
caía herido de muerte
por el fuego devorado.

Ni Donizetti, ni Verdi, 
podían imaginar
que su caja resonante
se podía desplomar;
ni Bellini, ni Puccini
lo podían sospechar.

Fue un 31 de enero
que el fuego exterminador,
acababa con la historia 
de tantos años de són;
enmudeciendo las notas
del más rico diapasón

Francisco Barbachano