Agentes de Policía Nacional han detenido a 59 integrantes de una organización criminal dedicada, presuntamente, a las estafas a través del método del “hijo en apuros” que habrían obtenido un beneficio económico superior a los 460.000 euros. Entre los arrestados se encuentran cinco personas que formaban parte de la cúpula de la organización así como supervisores y captadores. A través de la aplicación Whatsapp enviaban mensajes con los que se hacían pasar por los hijos de las futuras víctimas, solicitando dinero de manera urgente para cubrir una emergencia. Uno de los líderes era de Granollers y captaba «mulas» en un local de la ciudad. En Mollet del Vallès se realizó al menos otra de las detenciones.

La investigación, que ha contado con la colaboración del grupo anti fraude de una entidad bancaria, se inició a raíz de la recepción de numerosas denuncias de víctimas, distribuidas por todo el territorio nacional, en las que manifestaban haber sufrido esta modalidad de estafa.

El engaño de esta organización consistía en contactar a través de WhatsApp con futuras víctimas, fingiendo ser sus hijos y manifestando tener el teléfono móvil estropeado como excusa de estar llamando desde un número desconocido para la víctima, y solicitar a través de ese mensaje una transferencia bancaria aludiendo diferentes problemas de carácter urgente.

Investigaban en redes sociales para localizar a futuras víctimas

Dentro de la organización había una estructura bien definida, contando con integrantes que se dedicaban a analizar las redes sociales de los posibles hijos de las víctimas. Cuando encontraban a jóvenes que se encontraban fuera de su localidad de residencia, generalmente por estar cursando estudios fuera de España, recababan todos los datos posibles para hacer más creíble la conversación que tendrían con ellos con el propósito de llevar a cabo la estafa.

Una vez recabados todos los datos encontraban la manera de contactar con los padres de los jóvenes y, tras aludir estar viviendo una situación de urgencia, solicitaban de los familiares que les facilitaran dinero de forma inminente para salir de una situación muy complicada.

Previamente, la organización había captado “mulas” que se convertían en los receptores de las transferencias una vez que se materializaba la estafa y, a cambio, recibían un porcentaje del dinero defraudado. Posteriormente, dichas mulas le darían el grueso de la transferencia a los captadores que era repartida entre la organización criminal. Los agentes han constatado que habrían obtenido un beneficio económico superior a los 460.000 euros y que, además, la organización utilizaba diversas técnicas que utilizaban para eliminar el rastro del dinero enviado por las víctimas.

Una vez que los agentes localizaron a los presuntos autores, la mayoría de ellos en localidades de Girona y Barcelona, se llevó a cabo la detención de los 59 integrantes de la organización criminal en Salt, Olot, Girona, Banyoles, Barcelona, Granollers, Hospitalet de Llobregat, Premià de Mar y Mollet. Entre los detenidos se encontraban tres captadores de la organización que se encargaban, cada uno en su localidad, de la captación de jóvenes de entre 20 y 30 años para llevar a cabo estas estafas o también para hacer de “mulas”, es decir, recibir el dinero estafado de la víctima a cambio de una compensación económica por parte de la organización, y de este modo, dificultar el rastro del dinero y la identidad de los estafadores.

Una estructura propia de un negocio piramidal

El entramado de “mulas” formaría el escalón inferior, el más numeroso, encargándose de recibir el dinero fraudulento proveniente de las estafas y de retirar los fondos en efectivo para hacerlos llegar al resto de miembros de la organización.

Las “mulas” habrían sido introducidas en la organización por los captadores situadas en un escalón superior que previamente habían desempeñado ese rol para posteriormente ser ascendidos por la organización a cambio de captar nuevos integrantes. Por encima de estos se encontrarían los supervisores que se encargaban de coordinar y recoger todo el dinero proveniente de las estafas.

Entre los arrestados, los agentes pudieron averiguar que tres de ellos se encargaban de supervisar la organización criminal, repartiendo las tareas entre los captadores y demás miembros de la red criminal, además de acumular y distribuir el dinero defraudado.

Durante la operación se llevó a cabo una inspección en un local de la localidad de Granollers donde se captaba a jóvenes para utilizarlos como “mulas” y se realizó un registro en el domicilio del responsable de la organización en esa localidad.